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CRÍTICA: Springsteen: música de ninguna parte – una eficiente “bio-pic”

CRÍTICA: Springsteen: música de ninguna parte – una eficiente “bio-pic”

Sebastian Zavala Kahn

Crítico de cine

Si “Springsteen: música de ninguna parte” funciona, es gracias al trabajo del director Scott Cooper (“Corazón Salvaje”) y del actor Jeremy Allen White (“The Bear”). Porque como narrativa, el filme no hace nada particularmente novedoso o emocionante. De hecho, si han visto cualquier otra película biográfica de un músico famoso, seguramente podrán prever lo que sucede acá, especialmente teniendo en cuenta que, en la vida real, Springsteen sigue vivo, y por ende, nada malo le puede pasar a su versión ficticia en esta historia. “Springsteen: música de ninguna parte” está muy lejos, pues, de ser algo tan interesante y único como “Better Man”, pero al menos cumple con su cometido. Ni más, ni menos.

“Springsteen: música de ninguna parte” se lleva a cabo principalmente en los años 80, pero incluye flashbacks a la infancia de Bruce Springsteen en los años 50. Es en estas últimas escenas donde vemos a un pequeño Bruce (Matthew Anthony Pellicano Jr) viviendo con su madre, la abnegada Adele (Gaby Hoffman) y su alcohólico y agresivo padre, Douglas (el gran Stephen Graham, bastante desperdiciado acá). Son aquellas experiencias de miedo que tiene con este último, las que terminan por generar todo tipo de traumas en un Bruce adulto, los cuales trata de batallar con el poder de la música.

Es así que, felizmente, “Springsteen: música de ninguna parte” no intenta narrar la vida entera del famoso cantautor. Más bien, la cinta se centra en un período específico de su vida: los meses antes de la salida de la famosísima “Born in the USA”, y más importante, su icónico álbum “Nebraska”. Es por eso que no lo vemos únicamente pensando en su pasado y tratando de inspirarse para escribir música de carácter personal y sencillo, sino también interactuando tanto con su productor de buenas intenciones, Jon Landau (Jeremy Strong), como con su amigo y asistente, el amable Mike Batlan (Paul Walter Hauser, también un poco desperdiciado). Además, vemos cómo sus problemas profesionales terminan por afectar su vida personal, especialmente una vez que comienza una relación con una literal “fan enamorada”, Faye Romano (Odessa Young).

Por más que agradezca que Cooper y su equipo hayan preferido concentrarse en un periodo específico de la vida y carrera de Springsteen, no puedo evitar sentir que, en términos generales —o al menos narrativos y de personajes—, “Springsteen: música de ninguna parte” se siente bastante convencional. Si saben poco o nada sobre la vida del cantante, no se encontrarán acá con nada chocante o revelador, sino más bien con un guion que sigue todos los pasos que varias otras producciones de similar corte han seguido. Y si son, más bien, fanáticos de Bruce, la pasarán bien viendo cómo era su vida y a qué demonios internos se estaban enfrentando durante una de las etapas clave de su carrera.

Porque si hay algo que “Springsteen: música de ninguna parte” sí hace bien, al menos, es utilizar un eje temático potente para que uno empatice con Bruce. En pocas palabras: lo que tenemos acá es un filme sobre la depresión y el miedo. Una depresión en la que Bruce se hunde debido a sus traumas de la infancia y al medio que siente por repetir los mismos errores de su padre. Le tiene miedo a la confrontación, tiene miedo de hacerle daño a Faye, y tiene miedo de producir la música equivocada. Todo esto convierte a Bruce en un buen protagonista, que a pesar de ser de pocas palabras —cuando no está escribiendo o cantando— se siente humano y creíble.

Ciertamente ayuda que Allen White haga un buen trabajo interpretando a Springsteen. Lo que tenemos acá es una interpretación transformativa, en donde todos los elementos clave de la actuación, desde la voz (tanto hablada como cantada) hasta los manierismos y el lenguaje corporal, le permiten a nuestro protagonista convertirse en Bruce Springsteen. Del reparto secundario, destacan Odessa Young como Faye (por más que su rol se vaya haciendo más pequeño mientras la trama avanza); Jeremy Strong, sorprendentemente, como un comprensivo Jon; y Paul Walter Hauser como el siempre confiable Mike. Por otro lado, actores de la talla de David Krumholtz (como Al Teller, representante de una disquera) y Marc Maron (como Chuck, un ingeniero de sonido) tienen roles más bien pequeños, prácticamente cameos.

¿Y qué hay de la música? Evidentemente, si nunca les gustó el trabajo de Springsteen, “Springsteen: música de ninguna parte” no hará que cambien de opinión. Para los demás, sin embargo, se trata de una experiencia memorable, que más o menos explica de dónde vino la inspiración para el álbum anteriormente mencionado, y por supuesto, para “Born in the USA”, uno de sus mayores hits. Fuera de eso, “Springsteen: música de ninguna parte” no es un musical, sino más bien una biopic de estructura convencional, donde la música aparece ocasionalmente (en conciertos, grabándose, siempre diegética) para apoyar a la historia.

Lo que más rescato de “Springsteen: música de ninguna parte” es lo que nos dice sobre la depresión, y lo importante que es enfrentar a nuestros demonios del pasado, incluso haciendo que perdonemos a quienes más nos hicieron daño. Es por ahí que la película funciona mejor, gracias al sólido trabajo de Allen White, y a la vistosa dirección de Cooper. Fuera de eso, “Springsteen: música de ninguna parte” no hace nada particularmente revolucionario, contentándose con narrar su historia de manera poco llamativa, recreando los años ochenta de forma verosímil y poco estereotípica. “Better Man” dejó la valla demasiado alta, por lo que recomiendo que vayan a ver este filme con expectativas más medidas; de lo contrario, podrían salir decepcionados de la sala de cine.

Crítica de Sebastián Zavala Kahn

Comunicador audiovisual y crítico de cine. Bachiller en Comunicación Audiovisual por la PUCP; Maestría en Artes de MetFilm School en Londres; miembro de la APRECI —Asociación de Prensa Cinematográfica—, la OFCS – Online Film Critics Society y la IFSC – International Film Society Critics, y crítico oficial de Rottentomatoes.com. Integra el staff de las webs de Nintendo Pe, Cinencuentro y Ventana Indiscreta. Maneja la cuenta de cine SebaZavaReviews desde el 2012. Cofundador de NoEsEnSerie.com y FotografíaCalato.com, y coautor del libro Videogames You Will Never Play, del colectivo Unseen64.