El concepto de la relación abierta es uno que ha ido ganando popularidad en las últimas décadas, y que puede ser totalmente válido, siempre y cuando ambas (o bueno, todas las) partes estén en la misma página. Es una cuestión de consentimiento; evidentemente, si no hay consentimiento por alguna de las partes, o si hay una mala comunicación, las cosas se pueden ir al demonio. Y eso es precisamente lo que sucede en “Amores compartidos”, de Michael Angelo Covino, solo que con un toque adicional de confusión y personajes que en realidad no saben lo que quieren de sus relaciones.
Al comenzar “Amores compartidos”, Ashley (Adria Arjona) y Carey (Kyle Marvin) parecen tener el matrimonio ideal: divertido y apasionado. Pero luego de pasar por una situación traumática, la primera se da cuenta de que en realidad no ha sido feliz por un buen tiempo, por lo que le pide el divorcio al segundo. Impactado, Kyle escapa a la casa de playa de su mejor amigo, Paul (Michael Angelo Corvino) y su esposa, Julie (Dakota Johnson). Estos lo acogen por una noche, pero no antes de decirle a Carey que tienen una relación abierta: ambos se aman, pero a la vez, tienen la libertad de acostarse con quienes quieran sin tener que decirle nada al otro.

Y justo esa noche, Paul tiene que regresar a la ciudad para manejar la venta de un inmueble inmenso, por lo que, después de unos tragos, Julie y Carey terminan teniendo sexo. Creyendo que esto no es nada del otro mundo, Carey le cuenta la verdad a Paul la mañana siguiente, y su reacción es… inesperadamente violenta. Es así que se desatan una serie de situaciones enredadas y confusas, con Carey decidiendo que también quiere mantener una relación abierta con Ashley; esta última acostándose con decenas de hombres (y una chica); Julie enamorándose inesperadamente de Carey; y Paul haciendo de todo para recuperar a su esposa. En medio de todo esto se encuentra Russ (Simon Webster), el pequeño (y rebelde) hijo de Julie y Paul, quien además estudia en el colegio donde Carey enseña educación física.
“Amores compartidos” es el tipo de película que se deleita en generar comedia a través de malentendidos, relaciones enredadas, personajes confundidos, y hasta un poco de slapstick. En ese sentido, se parece un poco a las comedias tipo screwball clásicas de hace varias décadas, pero con discusiones más francas sobre sexo, y desnudos frontales (únicamente masculinos). Es casi como si los guionistas Covino y Marvin hubiesen querido actualizar aquel subgénero de la comedia romántica, haciendo que se centre en relaciones poco tradicionales y personajes neuróticos e inseguros.
Y en ese sentido, “Amores compartidos” funciona. La pasé bien con la película porque la mayor parte de su humor es derivado de las personalidades de los protagonistas, y de cómo estos chocan con los demás. Consideren, por ejemplo, a Carey, quien en general es un tipo bonachón que solo quiere complacer al resto, y que se mete en una supuesta relación abierta (y eventualmente en un romance inesperado) únicamente por celos. O a Ashley, quien decide experimentar con todo tipo de relaciones sexuales porque no sabe lo bien que estaba antes; porque no sabe lo que tiene, y porque necesita, de alguna manera, encontrarse a sí misma antes de poder tener una relación estable. Nada de esto es interpretado de forma particularmente solemne, sino más bien con mucha comedia y ridiculez.

Es por eso que, en realidad, “Amores compartidos” no termina siendo una película sobre relaciones abiertas o mucho menos el poliamor. Aquellos espectadores que estén involucrados en relaciones de ese tipo en la vida real no deberían sentirse ofendidos por lo que el filme propone porque estos personajes no creen en eso. Más bien, no saben lo que quieren, y tienen que pasar por todo tipo de situaciones absurdas y enredadas para darse cuenta de lo que verdaderamente necesitan. Hasta cierto punto, entonces, “Amores compartidos” se podría considerar como una suerte de coming-of-age, pero centrado en adultos inmaduros que se ven obligados a crecer e, incluso más importante, ser honestos el uno con el otro. Paul en particular es todo un mentiroso, y parte de su arco de crecimiento consiste en comenzar a decir la verdad a Julie.
Las actuaciones todas funcionan para que el tono mixto de comedia absurda y drama creíble funcione. Adria Arjona convence como una mujer muy sexual y a la vez vulnerable; su timing cómico es impecable, y resalta durante los momentos más caóticos del filme. Como Carey, el también guionista Kyle Marvin se siente como un oso de peluche gigante (frecuentemente desnudo y confundido). El Paul del coguionista y director Michael Angelo Corvino es un adicto a la mentira; increíblemente inseguro de sí mismo y sorprendentemente agresivo. Y Dakota Johnson interpreta a Julie como suele interpretar a la mayoría de sus personajes: como una mujer de voz dulce, pragmática y harta de tanta confusión.
“Amores compartidos” no pretende ser tradicionalmente romántica. Más bien, lo que hace es desarrollar una narrativa imprevisible y por momentos emotiva, llena de personajes memorables, tanto principales como secundarios (resaltan el Fede de David Castañeda —un quiropráctico latino— y el Jackson de Charlie Gillespie —un ex algo bruto de Ashley). La comedia, además, funciona gracias a que no se siente gratuita o improvisada, sino más bien orgánica respecto a las personalidades de nuestros protagonistas —consideren, sino, la primera pelea entre Paul y Carey (que va escalando y escalando y escalando), o los enredados francamente ridículos de la fiesta de cumpleaños de Russ (muchos de los cuales involucran a un mentalista inesperadamente eficaz). “Amores compartidos” es una experiencia atípica para el género, pero que se siente como la evolución natural (y divertidísima) de la comedia romántica norteamericana comercial.
Crítica de Sebastián Zavala Kahn
Comunicador audiovisual y crítico de cine. Bachiller en Comunicación Audiovisual por la PUCP; Maestría en Artes de MetFilm School en Londres; miembro de la APRECI —Asociación de Prensa Cinematográfica—, la OFCS – Online Film Critics Society y la IFSC – International Film Society Critics, y crítico oficial de Rottentomatoes.com. Integra el staff de las webs de Nintendo Pe, Cinencuentro y Ventana Indiscreta. Maneja la cuenta de cine SebaZavaReviews desde el 2012. Cofundador de NoEsEnSerie.com y FotografíaCalato.com, y coautor del libro Videogames You Will Never Play, del colectivo Unseen64.

