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CRÍTICA: Venganza silenciosa – acción brutal y cero diálogo

CRÍTICA: Venganza silenciosa – acción brutal y cero diálogo

Sebastián Zavala Kahn
Sebastián Zavala Kahn

Crítico de cine

“Venganza silenciosa” marca el regreso de John Woo a la pantalla grande… o mejor dicho, en la dirección de una película norteamericana (su último esfuerzo en dicho país fue la olvidable “Paycheck”, con Ben Affleck). Lo que tenemos acá, entonces, no es solo una brutal historia de venganza (obviamente), si no también una demostración de lo que el legendario director hongkonés es capaz de hacer, por más de que nada de lo que se ve acá esté al mismo nivel de sus producciones más antiguas (como las excelentes “The Killer” o “Hard Boiled”).

No obstante, si lo que quieren ver es acción, eso es lo que obtendrán con “Venganza silenciosa”… después de un rato. Se trata, pues, del tipo de película que se toma su tiempo, y que en muchas instancias favorece el desarrollo de personaje por sobre la violencia, por más de que una decisión de ese tipo pueda sentirse contraproducente. El resultado final termina siendo una experiencia irregular, por momentos emocionante y emotiva, y por otros bastante repetitiva. Eso sí, consideren, también, el “truco” principal de “Venganza silenciosa”: la falta de diálogo.

Así es. Fuera de algunos reportes de policías o noticias en la radio, la mayor parte de la película NO cuenta con diálogo. Y no es que sea cine mudo: hay música y efectos de sonido. Los personajes simplemente no hablan, lo cual le permite a Woo contar su historia de la manera más visual posible. Y siendo justos, lo logra, demostrando que, muchas veces, las palabras pueden llegar a sobrar en un medio como el audiovisual. Es así que “Venganza silenciosa” se torna en el tipo de película que podría ser utilizada en clases universitarias para demostrar lo mucho que se puede hacer puramente con imágenes, dejando en claro que el diálogo es un recurso frecuentemente necesario en el cine, sí, pero que no de uso OBLIGATORIO.

Nuestro protagonista es Brian (Joel Kinnaman, a quien tuve la oportunidad de entrevistar en relación a este filme), un tipo común y corriente cuya vida se va al demonio cuando su pequeño hijo (Anthony Giulietti) es asesinado por una bala perdida mientras jugaban en el patio de su casa. Sediento de venganza, Brian persigue a los vándalos responsables de la muerte del chico, lo cual solo resulta en su presunta muerte. Pero como la película no puede terminar tan rápido, Brian no muere; simplemente termina en el hospital con las cuerdas bucales destruidas, lo cual lo deja mudo (y justifica la falta de diálogo a lo largo de la película).

Meses después, y luego de que su esposa (Catalina Sandino Moreno) se va de la casa, Brian decide (intentar) superar su dolor, y cobrar venganza. Es así que entrena (con pistolas y carros y pesas), investiga a las pandillas que han estado atormentando la ciudad, y decide matar a absolutamente TODOS el día de Navidad. Pero también decide mandarle algunas pistas a un detective de la policía (Kid Cudi), como para que finalmente lo ayude a acabar con el crimen y la corrupción en esta parte de Texas. Pero como se deben imaginar, cobrar venganza y deshacerse de tantos malos elementos no será tan fácil (y resultará en una cantidad absurda de cadáveres regados por toda la ciudad).

Como se dio a entender líneas arriba, lo más atractivo de “Venganza silenciosa” es su falta de diálogo. Lo que podría sonar como un simple truco para hacer que una narrativa previsible se torne más vistosa, se convierte en parte del ADN del filme, otorgándole un estilo propio, y haciendo que el espectador sienta que está percibiendo todo desde la perspectiva de Brian. De hecho, le otorga mucha subjetividad a la historia: como él no puede hablar, nadie más habla, y por ende debemos percibir este mundo de aquella manera. Y lo mejor es que uno nunca llega a extrañar el diálogo, demostrando que Woo ha hecho un muy buen trabajo contando esta historia con las limitaciones que él mismo, y el guionista Robert Archer Lynn, se impusieron.

Lo que, más bien, podría alejar a ciertos espectadores, es la brutalidad de la violencia, y el tiempo que la cinta se toma para verdaderamente comenzar. En relación a lo primero, “Venganza silenciosa” es un filme que no tiene miedo de mostrar sangre, acuchillamientos, disparos a quemarropa y atropellos; todo para hacernos sentir cada hueso roto que Brian causa en sus contrincantes. Por ende, el tono de la pieza nunca llega a ser “divertido”, si no más bien sobrio y oscuro y hasta trágico. Y esto último está relacionado al segundo punto: Woo quiere hacer un gran énfasis en la relación que Brian tenía con su hijo y lo mucho que lo extraña. Y curiosamente, y por más de que incluya varios “flashbacks” y visiones, aquel aspecto emocional no llega a cuajar del todo.

No obstante, ninguna de las falencias de “Venganza silenciosa” son culpa de Kinnaman. El sueco actor hace un excelente trabajo cargando el filme entero sobre sus hombros, expresando mucho únicamente con su rostro y expresiones corporales. Es gracias tanto a él como al trabajo de Woo que la cinta termina funcionando hasta cierto punto —y de hecho, el primero logra transmitirnos todo el dolor y arrepentimiento y tristeza que siente a lo largo de la película. Por su parte, Catalina Sandino Moreno tiene el rol algo ingrato de la Esposa Sufrida (™), y Harold Torres es suficientemente intimidante y desagradable como Playa, el líder de la pandilla que Brian está intentado erradicar.

“Venganza silenciosa” es, entonces, una experiencia curiosa: un thriller de acción con secuencias de brutal violencia, que intenta justificar las acciones de su protagonista de la manera más sentimental posible. Lo último no funciona, pero cuando el filme se concentra en las peleas y persecuciones y balaceras, y cuando exprime al máximo la falta de diálogo para contarnos una historia de forma elegantemente visual, llega a conectar bastante bien con el espectador. “Venganza silenciosa” no es de lo mejor que Woo jamás nos haya entregado —y ciertamente no deberían ir a verla esperando algo como “Contra/cara”, con el gran Nic Cage—, pero mucho de su estilo todavía se hace evidente en ella. Se hizo extrañar, el buen Woo; ojalá no nos haga esperar otros veinte años más.

Crítica de Sebastián Zavala Kahn

Comunicador audiovisual y crítico de cine. Bachiller en Comunicación Audiovisual por la PUCP; Maestría en Artes de MetFilm School en Londres; miembro de la APRECI —Asociación de Prensa Cinematográfica—, y la OFCS – Online Film Critics Society, y crítico oficial de Rottentomatoes.com. Integra el staff de las webs de Nintendo Pe, Cinencuentro y Ventana Indiscreta. Maneja el blog de cine Proyectando Ideas desde el 2012. Cofundador de NoEsEnSerie.com y FotografíaCalato.com, y coautor del libro Videogames You Will Never Play, del colectivo Unseen64.