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Crítica «La Huérfana, El Origen»: Un film que no funciona como una película de terror.

Crítica «La Huérfana, El Origen»: Un film que no funciona como una película de terror.

Sebastián Zavala Kahn
Sebastián Zavala Kahn

Crítico de cine

Cuando “La huérfana” se estrenó en cines hace trece años, terminó siendo un éxito inesperado: un filme de suspenso que sorprendió a varios espectadores con un giro narrativo bien construido. Hubo que esperar hasta el año 2022, sin embargo, para poder disfrutar de una nueva película protagonizada por la huérfana del título. Y lo crean o no, se trata de una precuela, que intenta explicar a detalle los eventos mencionados brevemente en la primera cinta, como parte de la historia de trasfondo del personaje principal. Es así que “La huérfana: el origen” se convierte en una experiencia que seguramente disfrutarán los fanáticos de la primera película, pero que curiosamente no funciona tan bien como película de terror.

Lo cual tiene sentido, considerando que su predecesora tampoco es la cinta más terrorífica que puedan ver. Pero incluso más que esa primera entrega, “La huérfana: el origen” se siente más como una película tipo cine trash, con elementos de comedia negra, y situaciones absurdas pero innegablemente entretenidas. Parece que el director William Brent Bell sabe que lo que nos presenta es increíblemente ridículo, y por ende ni siquiera trata de tomarse los eventos de la película en serio. Sí, logra desarrollar algunos momentos de suspenso o tensión, pero en general, uno se divierte con “La huérfana: el origen” básicamente gracias a un nuevo giro narrativo inesperado (y totalmente distinto al de la primera película), y a lo sumamente exagerada y gratuitamente sangrienta que puede ser.

“La huérfana: el origen” comienza en Estonia, donde vemos a Leena (Isabelle Fuhrmann) viviendo en un instituto psiquiátrico. Sin embargo, y como seguramente ya deben estar asumiendo, nuestra protagonista no demora en escapar, y luego de investigar en un sitio web que nombra a todos los niños desaparecidos en los Estados Unidos, logra mudarse a dicho país, yéndose a vivir con la familia Albright. Después de todo, ellos perdieron a su hija Esther años antes, y creen haberla encontrado finalmente, sin sospechar que Leena es una estafadora psicopática. Es así, pues, que la huérfana del título intenta comenzar una vida nueva, sin sospechar que tantos sus nuevos padres, Tricia (Julia Stiles) y Allen (Rossif Sutherland) como su nuevo hermano, Gunnar (Matthew Finlan) cuentan con sus propios secretos turbios.

Hay cierta suspensión de la incredulidad que uno tiene que mantener a la hora de ver “La huérfana: el origen”. Después de todo, Isabelle Fuhrmann ya tenía más de veinte años cuando grabó esta precuela, lo cual dificultaría que se haga pasar por un personaje de nueve. Es por eso que Brent Bell recurre a todo tipo de trucos de cámara, y hasta efectos de rejuvenecimiento digital, para convencernos de que Leena/Esther realmente podría pasar por una niña. Y los resultados, increíblemente, no son del todo malos. Si, su rostro se ve más maduro que el que tenía hace trece años (¡obviamente!), pero entre los efectos digitales aplicados en su cara, el uso de dobles de menor tamaño para planos abiertos, y el vestuario y maquillaje que le dan, no resulta tan difícil ignorar las diferencias y considerar a la Huérfana como una niña… o como alguien que aparenta serlo.

[Se vienen spoilers de la película original.] Porque lo que también es cierto, es que la caracterización de Esther se presta para una apariencia un tanto perturbadora y no completamente infantil. Después de todo, se supone que el personaje en realidad tiene más de treinta años, y sufre de una condición que le impide crecer y convertirse, físicamente, en adulta. Es por ello, además, que a pesar de ser una precuela, recomendaría que vean la primera “Huérfana” antes. De lo contrario, esta nueva cinta arruinará el giro narrativo de su predecesora (y lo que es, para muchos, prácticamente la única razón que hay para ver dicho filme). Nuevamente: hay que suspender la incredulidad más que en varias otras películas, lo cual seguramente será posible para la mayoría de espectadores. [Fin de los spoilers.]

Más allá de la caracterización de Esther, “La huérfana: el origen” hace un buen trabajo con el resto de personajes (todos nuevos). Julia Stiles (quien aparentemente dejó de envejecer hace como quince años) es convincente como Tricia, una madre que haría literalmente cualquier cosa por sus hijos. Como Allen, Rossif Sutherland (y su vozarrón) es suficientemente bonachón y gentil, desarrollando al personaje como un hombre que había perdido la motivación para trabajar y ser feliz, pero que, irónicamente, ha encontrado algo de esperanza en Esther. Y Matthew Finlan es suficientemente desagradable como Gunnar, un chico privilegiado y engreído, que creer merecerlo todo debido a la situación económica y social de su familia.

¿Pero qué hay de la película en sí? Pues como se mencionó líneas arriba, “La huérfana: el origen” no funciona muy bien que digamos como thriller de suspenso, y mucho menos como filme de terror. Los jump scares son previsibles, las muertes no son particularmente originales, y en general, a menos que no tengan mucha experiencia con el género, la película no logra asustar a sus espectadores. No obstante, no se puede negar que, a pesar de (o gracias a) ser trash puro, “La huérfana: el origen” logra entretener. Quizás no de la manera en la que a sus creadores les hubiera gustado (yo me maté de la risa varias veces), pero al menos no se trata de una película aburrida. Agradézcanle al giro narrativo brillante (que no vi venir), y al tercer acto totalmente desquiciado.

Si lo que buscan es una experiencia tensa y por momentos aterradora… mejor vayan a ver “Bárbaro”. Pero si no les importa experimentar un filme que no parece estar muy interesado en ser realista o siquiera verosímil, y que más bien desarrolla una historia sonsa pero innegablemente entretenida, “La huérfana: el origen” es una buena opción. El problema principal es que el filme da incluso menos miedo que su predecesora… pero lo bueno es que termina siendo tan absurda y exagerada, que resulta prácticamente imposible pasarla mal. Seguro que los amantes del cine trash la terminarán recomendando, pero los fans del terror la descartarán y pasarán a lo siguiente. En todo caso, si piensan sacar una tercera parte (aunque no me imagino cómo), sugiero que se apuren. Esperar trece años más para producirla definitivamente ya no es una opción.

Crítica de Sebastián Zavala Kahn

Comunicador audiovisual y crítico de cine. Bachiller en Comunicación Audiovisual por la PUCP; Maestría en Artes de MetFilm School en Londres; miembro de la APRECI —Asociación de Prensa Cinematográfica—, y la OFCS – Online Film Critics Society, y crítico oficial de Rottentomatoes.com. Integra el staff de las webs de Nintendo Pe, Cinencuentro y Ventana Indiscreta. Maneja el blog de cine Proyectando Ideas desde el 2012. Cofundador de NoEsEnSerie.com y FotografíaCalato.com, y coautor del libro Videogames You Will Never Play, del colectivo Unseen64.