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CRÍTICA: KPop Demon Hunters (Netflix) – deja que tu voz se escuche

CRÍTICA: KPop Demon Hunters (Netflix) – deja que tu voz se escuche

Sebastian Zavala Kahn

Crítico de cine

Producida por Sony Pictures Animation, “KPop Demon Hunters” es el tipo de película que, al escuchar solamente el título, podría sonar poco prometedora. Después de todo, este tipo de conceptos alocados, que intentan mezclar géneros dispares y sonar excéntricos, no siempre salen del todo bien. Si no, pregúntenle a los directores o productores de filmes como “Abraham Lincoln: cazador de vampiros”. Pero contra todo pronóstico, “KPop Demon Hunters” ha terminando sorprendiendo, presentándonos una historia inesperadamente emotiva, narrada a través de un estilo de animación vibrante y colorido y, por supuesto, canciones de Kpop ridículamente pegajosas. “KPop Demon Hunters” es tan buena, de hecho, que me da pena que sea imposible verla en el cine.

Resulta, pues, que a través de los siglos, un trío de chicas ha sido elegido para usar la música —y especialmente sus voces— para combatir a los demonios del mundo, creando una barrera o escudo místico que evita que dichas criaturas puedan entrar al mundo de los humanos. Y en el presente, dichas guerreras son el grupo de KPop Huntrix, cuyos miembros son la cantante Rumi (voz de Arden Cho), la coreógrafa Mira (May Hong), y la compositora Zoey (Ji-young Yoo). Al comenzar la película, han estado haciendo tan buen trabajo con su música, que se encuentran sumamente cerca de hacer que la barrera se torne dorada, lo cual acabaría tanto con los demonios como con su líder, Gwi-ma (Lee Byung-hun) para siempre.

Pero como no todo puede salir bien tan fácilmente, este último decide usar una nueva táctica para intentar entrar al mundo de los humanos y ayudar a sus demonios a consumir almas. Es así que manda al demonio Jinu (Ahn Hyo-seop) y cuatro compañeros más, convertidos en una banda masculina de KPop llamada Saja Boys, la cual no solo le hará la competencia a las chicas de Huntrix, si no también se robarán a sus fans, y por ende, sus almas. Inicialmente, nuestras protagonistas están empecinadas en detenerlos, como es lógico, pero cuando Rumi se da cuenta de que no puede seguir escondiendo cierto secreto, y que encima se está enamorando de Jinu, las cosas se tornan incluso más complicadas.

A nivel narrativo, “KPop Demon Hunters” no es del todo original. De hecho, es en la historia donde se encuentran las mayores flaquezas de la película, la cual se desarrolla de forma más o menos previsible, tanto en lo que se refiere a los giros de la trama, como a las interacciones entre protagonistas y antagonistas. El romance entre Rumi y Jinu, por ejemplo, podría haber sido tratado con algo más de profundidad, y aunque el clímax es bastante emotivo y potente, no es que sea imposible haberlo visto venir. 

En todo caso, donde “KPop Demon Hunters” brilla más es en los temas que transmite, y en lo emotiva que termina siendo la experiencia. El filme nos dice mucho sobre la importancia de abrirnos emocionalmente con nuestros seres queridos, y sobre cómo nuestros errores del pasado —y por ende, nuestras cicatrices emocionales— no nos definen. Además, es a través del secreto que Rumi esconde de sus amigas que la cinta nos dice que nuestras inseguridades no deberían avergonzarnos ni definir nuestras acciones. Esto se ve, también, tanto en Mira como en Zoey. La primera es por momentos muy agresiva e impaciente, mientras que la segunda está siempre dispuesta a complacer a todos. Ambas usan dichas personalidades para esconder sus inseguridades, lo cual, junto a los problemas de Rumi, claramente trae consigo terribles consecuencias.

Todo aquello podría ser interpretado de forma algo superficial, como si el filme simplemente nos quisiera hablar sobre la importancia de la amistad (mensaje que hemos visto hasta el cansancio en diversas películas animadas y familiares). Pero no creo que ese sea el caso. Si “KPop Demon Hunters” funciona, más bien, es porque logra desarrollar a personajes defectuosos en un contexto muy específico, claramente influenciado por la cultura coreana. De hecho, la codirectora Maggie Kang ha declarado que uno de sus objetivos con la película era presentar una historia muy personal para ella, relacionada a su herencia coreana y a la cultura que tanto aprecia. Por más de que “KPop Demon Hunters” esté llena de elementos fantástico, acción y música, esto se nota a leguas.

¡Y cómo no hablar de la música! Por algo la banda sonora de la película ha estado presente en las listas de Billboard de este año, siendo varias de sus canciones principales tremendos éxitos con el público. Como musical, “KPop Demon Hunters” funciona muy bien; cada canción sirve para transmitir lo que los personajes están sintiendo o quieren (entre ellas se encuentra la pegajosa Takedown, por ejemplo), o para avanzar con la historia. Y cada tema es increíblemente tarareable, tanto así que todos podrían haber sido fácilmente lanzados por boy bands o girl bands reales de KPop. Si son como yo, al terminar de ver la película se quedarán con varias canciones grabadas en su cabeza (como Golden, de las Huntrix, o Soda Pop, de los Saja Boys).

Visualmente hablando, “KPop Demon Hunters” no decepciona para nada. Influenciada por el anime, la animación coreana, y elementos visuales de la cultura tradicional del mismo país, “KPop Demon Hunters” luce absolutamente espectacular. Los personajes tienen diseños memorables y resultan agradables de ver, pero a la vez, cuentan con momentos en los que se deforman (generalmente para verse como versiones chibi de sí mismos) o se estiran, para resaltar la comedia. Mención aparte, además, para la iluminación, la cual hace uso de colores que generalmente relacionamos con conciertos o discotecas: luces de neón, colores como el celeste o el morado o el lila, y sombras profundas. “KPop Demon Hunters” es un filme de animación 3D lleno de personajes que se mueven y comportan como si estuviesen en 2D, lo cual resulta en una experiencia enérgica y memorable.

Me demoré un poco en verla, pero por fin entiendo porqué “KPop Demon Hunters” ha estado haciendo tanto ruido en redes. Lo que tenemos acá es una cinta animada inmensamente entretenida, que hace un excelente uso de personajes complejos, canciones de KPop pegajosas, y animación estilizada, colorida y de buen ritmo, para entregarnos una historia algo previsible, pero a la vez emotiva. No puedo decir que sea un gran fanático del KPop, pero incluso si nunca han escuchado a Blackpink o Twice, estoy seguro que la pasarán bien con “KPop Demon Hunters”. Nuevamente: lo único que me da pena es que no haya podido verla en cines. Todo bien con que haya salido para Netflix, pero este es el tipo de proyecto que definitivamente se hubiese visto beneficiado al proyectarse en pantallas enormes de cine.

Crítica de Sebastián Zavala Kahn

Comunicador audiovisual y crítico de cine. Bachiller en Comunicación Audiovisual por la PUCP; Maestría en Artes de MetFilm School en Londres; miembro de la APRECI —Asociación de Prensa Cinematográfica—, y la OFCS – Online Film Critics Society, y crítico oficial de Rottentomatoes.com. Integra el staff de las webs de Nintendo Pe, Cinencuentro y Ventana Indiscreta. Maneja el blog de cine SebaZavaReviews desde el 2012. Cofundador de NoEsEnSerie.com y FotografíaCalato.com, y coautor del libro Videogames You Will Never Play, del colectivo Unseen64.