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CRÍTICA: Infierno en el pantano – suave con los caimanes

CRÍTICA: Infierno en el pantano – suave con los caimanes

Sebastian Zavala Kahn

Crítico de cine

Infierno en el pantano” es el tipo de película que uno tiene que ver con ciertas expectativas. Después de todo, no pretende ser nada que no es, ni tampoco hace nada que no hayamos visto antes en otros filmes de supervivencia. No obstante, si uno tiene esto en cuenta al verla, y considera que se trata de un filme de bajo presupuesto pero con ciertas pretensiones visuales interesantes, lo más probable es que la pase bien. De hecho, como ejercicio de suspenso y tensión, “Infierno en el pantano” no está del todo mal, por más de que tenga algunos problemas de edición y caracterización. Si uno se deja llevar por la premisa, puede que termine saltando y gritando en plena sala de cine.

“Infierno en el pantano” tiene como protagonista a Kyle (Athena Strates), una estudiante de biología que acaba de perder a su hermano Jamie (Flynn Barnard) en un terrible incidente en una tienda. Por ende, ha decidido ir con sus amigos a los pantanos de la Florida para tirar sus cenizas  al agua y homenajearlo. Entre dichos amigos se encuentran Alice (Madalena Aragão), quien lamentablemente cuenta con serios problemas económicos, y la pareja de Sam (Mohammed Mansaray) y la antipática de Malika (Elisha Applebaum).

Es esta última la que termina dándoles una sorpresa a los demás, revelándoles que ha contratado una avioneta (muy barata) para que los lleve a su destino. Pero como se deben imaginar, las cosas no salen muy bien una vez que se suben a la aeronave piloteada por el alcohólico Frank (Andonis Anthony): pocos minutos después de despegar, sus motores se incendian, y los amigos, junto a un grupo de lo que asumimos deben ser turistas, caen en medio de los humedales. Al despertar, Kyle se encuentra con que el copiloto ha muerto, una de las turistas está herida, y más importante, parecen estar todos rodeados por unos caimanes particularmente violentos. Sin señal en sus celulares y completamente perdidos, el grupo se ve obligado a hacer de todo para sobrevivir mientras son acosados por los sanguinarios animales.

Ahora bien, no es que quiera revelar spoilers ni nada, pero algo que no me esperaba de “Infierno en el pantano” es que tuviese ciertas similitudes con la más conocida “Oso intoxicado”. Así como en esa película teníamos a una bestia que se volvía loca luego de consumir toneladas de cocaína, acá tenemos a un grupo de caimanes que se tornan increíblemente agresivos, rápidos e intensos luego de consumir un montón de metanfetaminas de una fábrica clandestina en medio de los pantanos. No obstante, la mayor diferencia entre ambas producciones es que, a diferencia de la película de Elizabeth Banks, “Infierno en el pantano” se toma muy en serio a sí misma, sin incluir casi ningún momento de humor, y desarrollándose como una intensa experiencia de tensión y suspenso.

Lo cual podría terminar siendo todo un reto para ciertos espectadores, porque “Infierno en el pantano” no es la película más verosímil del mundo. El simple hecho de que tengamos a caimanes drogados como antagonistas debería decirles todo, la verdad, pero incluso considerando eso, los directores Taneli Mustonen y Brad Watson hacen un trabajo bastante decente a la hora de desarrollar suficiente tensión al poner a sus protagonistas en peligro. Ayuda, de hecho, el que Kyle sea caracterizada como una chica inteligente, proactiva, que usa sus conocimientos de biología para intentar entender a los animales y ayudar a los demás a que salgan con vida de esta situación. La mayor parte del tiempo, los personajes no se comportan como completos idiotas, lo cual motiva al espectador a que quiera que sobrevivan.

No todo el tiempo, sin embargo, porque fuera de Kyle y quizás Frank (interpretado con aplomo por Andonis Anthony), los sobrevivientes del choque de la avioneta terminan siendo más arquetípicos de lo que me hubiese gustado. Tenemos a la pareja que se quiere mucho (Tayla Kovacevic- Ebong e Isabelle Bonfrer); a la señora mayor con problemas de corazón (Sarah Priddy); al empresario superficial y adicto al celular (David Newman), y por qué no, a una chica increíblemente antipática (Elisha Applebaum) a la que realmente queremos se la coman los caimanes. De hecho, de los personajes humanos, es Malika la única que podría considerarse como una verdadera villana, y siendo honestos, Applebaum hace un buen trabajo interpretándola de la forma más pesada y desesperante posible. Sobre su destino en la historia, sin embargo, no diré nada.

Ahora bien, siendo “Infierno en el pantano” una producción independiente y de presupuesto limitado, el filme muy bien podría haber terminado viéndose muy barato. Felizmente, ese no es el caso. Inspirándose en “Tiburón”, de Steven Spielberg (como cientos de otras cintas de criaturas sanguinarias), Mustonen y Watson enseñan muy poco a los caimanes, favoreciendo planos de perspectiva y planos de reacción de los humanos para generar suspenso. Esto les permite utilizar efectos visuales digitales bastante buenos para cuando aparecen —después de todo, si no es necesario mostrarlos todo el tiempo, resulta más fácil (y barato) hacer que se vean bien cuando por fin hacen su entrada triunfal. Habiendo tantas películas de supervivencia con bestias virtuales que parecen haber sido sacadas de un juego para PlayStation 2, agradezco que “Infierno en el pantano” no sea un ejemplar más de ese tipo de cine.

No hay mucho más que pueda escribir sobre “Infierno en el pantano”. Sí, el trabajo de edición es algo letárgico, haciendo que por momentos el filme se sienta como una experiencia carente de energía, de urgencia. Sí, la mayoría de personajes secundarios son increíblemente planos, y sí, la historia demora demasiado en arrancar, concentrándose demasiado al inicio en establecer el contexto en la que se lleva a cabo. Pero dentro de todo, no puedo decir que “Infierno en el pantano” me haya aburrido. Tiene suficientes momentos de pavor palpable (que incluso hicieron saltar y gritar a algunas personas en mi sala de cine), los efectos visuales son decentes, y la película aprovecha bien sus locaciones reales, desarrollando una buena atmósfera en los húmedos y oscuros pantanos de la Florida. “Infierno en el pantano” no es particularmente espectacular, pero lo que hace, lo hace de forma cumplidora y divertida.

Crítica de Sebastián Zavala Kahn

Comunicador audiovisual y crítico de cine. Bachiller en Comunicación Audiovisual por la PUCP; Maestría en Artes de MetFilm School en Londres; miembro de la APRECI —Asociación de Prensa Cinematográfica—, y la OFCS – Online Film Critics Society, y crítico oficial de Rottentomatoes.com. Integra el staff de las webs de Nintendo Pe, Cinencuentro y Ventana Indiscreta. Maneja el blog de cine SebaZavaReviews desde el 2012. Cofundador de NoEsEnSerie.com y FotografíaCalato.com, y coautor del libro Videogames You Will Never Play, del colectivo Unseen64.

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