“Elio”, lo más reciente de los estudios Pixar, tuvo un proceso de producción bastante accidentado. La primera versión del filme era de corte mucho más personal, basada en la solitaria infancia del director Adrián Molina. Pero luego de que el CEO de la empresa, Pete Docter, decidió que los filmes de corte personal no serían parte del futuro de Pixar, Molina pasó a codirigir “Coco 2”, y a ser reemplazado por Domee Shi (“Red”) y Madeline Sharafian. Es así que “Elio” pasó de ser algo más particular a algo más genérico; todavía interesante y visualmente impactante pero, quizás, menos emotivo de lo que podría haber sido la versión original de esta misma historia.
En pocas palabras: “Elio” no es de lo mejor que ha hecho Pixar, pero tampoco es de lo peor. Es una película bonita, correcta, de buenos mensajes y calidad audiovisual envidiable. Pero le falta aquel je ne se quois que muchas de las obras maestras de la empresa exhiben, y que les permite conectar tanto con un público pequeño, como con los adultos. “Elio” no va a hacer llorar a mucha gente, ya que la mayor parte del tiempo favorece al espectáculo y un tono ligero por sobre un tema bien desarrollado y emotivo. Ciertamente funciona para pasar el rato, pero considerando lo alta que ha dejado Pixar la valla con otras producciones, tiene sentido considerar a “Elio” como una muy ligera decepción.

Al comenzar el filme, nos enteramos de que los padres del pequeño Elio (voz de Yonas Kibreab) acaban de fallecer, por lo que ahora vive con su tía, Olga Solís (Zoe Saldaña), una comandante del ejército estadounidense. Pero ella no es cualquier militar; de hecho, trabaja en una base encargada del monitorear la chatarra espacial alrededor de nuestro planeta, lo cual quiere decir que tiene acceso a casi todos los satélites que vuelan por el espacio. Lo cual está muy bien para Elio, porque resulta que es un chico obsesionado con los extraterrestres. Se siente muy solo en la Tierra, sin amigos y con una tía que trabaja mucho, por lo que se muere por que los Aliens se lo lleven en una nave espacial.
Y luego de un par de situaciones bastante graciosas, eso es precisamente lo que sucede. Los Aliens llegan y llevan a Elio al Comuniverso, una suerte de planetoide artificial en el que se supone habitan las mentes más brillantes de varias galaxias. Sin embargo, es ahí donde confunden al niño por el Líder de la Tierra, prometiéndole un nuevo hogar en el Comuniverso… siempre y cuando logre “negociar” con Lord Grigon (Brad Garrett), el agresivo líder de una violenta raza extraterrestre que todo lo quiere conquistar o destruir. Elio falla inicialmente en cumplir dicha misión, pero cuando termina convirtiéndose en el nuevo amigo del hijo de Grigon, el pacífico e inocentón Glordon (Remy Edgerly), intenta encontrar la manera de engañar al padre de este último y quedarse a vivir en el Comuniverso.
El tema principal de “Elio” es la soledad. La forma en que un niño puede sentirse extremadamente solitario si es que carece de amigos y de una familia que lo pueda entender y atender, y la forma en que puede intentar salir de aquella situación a través de la imaginación y la fantasía. En este caso, eso sí, dicha imaginación se convierte en algo tangible, cosa que (hasta el momento) no puede suceder en la vida real, pero que para efectos de la historia, sirve para concretar el arco de personaje de nuestro protagonista. La idea, pues, es que Elio termina dándose cuenta de cuál es su verdadero hogar, y de todo lo que su tía Olga ha sacrificado para estar con él. Porque, a diferencia de lo que él creía, sí lo quiere.

Gran mensaje, especialmente para quienes hayan perdido a sus padres, hayan sido criados por familiares cercanos, o simplemente cuenten con una familia poco tradicional. Porque, al fin y al cabo, y para el horror de los ultraderechistas, lo que “Elio” también nos dice —de forma sutil, pero igual— es que no hay un solo tipo de familia. Puede que los padres del niño ya no estén, pero eso no quiere decir que no tenga un hogar con su tía Olga, quien lo quiere como si fuera su propio hijo. Y mientras crece y madura a lo largo de la película, el chico se da cuenta, también, de que tener una familia nueva, compuesta —en este caso— de extraterrestres, también es una opción. Todo lo que él quiere es ser aceptado a pesar de ser “único”, y dejar de sentirse solo luego de la tragedia por la que ha pasado.
Todo bien, pero no puedo evitar pensar que dicho mensaje podría haber sido mejor desarrollado, y que el elemento fantástico de la historia podría haber sido mejor integrado al contenido temático. Además, al enfocarse tanto el filme en Elio como individuo, nos deja muy pocas escenas entre él y su tía Olga, lo cual hace que el final no sea tan emocionalmente potente como podría haber sido. Solo queda hacer conjeturas, pero sospecho que todo este desorden es consecuencia de los problemas y cambios por los que pasó la producción, incluyendo el ya mencionado cambio de director, así como las modificaciones narrativas que se hacen evidentes al ver el teaser original de “Elio”.

No obstante, y como suele pasar con toda producción de Pixar, del apartado visual no me puedo quejar. Sí, hay quienes no disfrutan de los diseños con “boca de frejol” de los personajes humanos que también hemos visto en cintas previas como “Red”, pero siento que acá funcionan bien para otorgarle un estilo bien de caricatura y exagerado a los protagonistas. Esto es particularmente importante considerando que terminan interactuando con Aliens extremadamente coloridos y poco realistas, de diseños francamente espectaculares y en varios casos muy novedosos. Pero fuera de eso, “Elio” también hace uso de técnicas audiovisuales generalmente vistas en el live-action, como diferentes distancias focales, cambios de foco, cámaras en mano y demás para otorgarle cierta tangibilidad y verosimilitud al proyecto.
Entiendo porqué a “Elio” no le ha ido para nada bien en la taquilla. El marketing ha sido paupérrimo, los trailers no transmiten bien el tono que el producto final maneja, y lamentablemente, Disney ya ha acostumbrado a buena parte de su público a que espere a que las películas se estrenen en Disney Plus para que las vean. Pero aunque no considero que “Elio” sea de lo mejor que Pixar ha hecho, creo que igual vale la pena que le den una oportunidad. Lo que tenemos acá es una aventura colorida, imaginativa y frecuentemente graciosa, que logra transmitir temas serios de forma algo superficial, pero igual loable. “Elio”, al igual que el protagonista del mismo nombre, merece mucho más de lo que ha estado obteniendo.
Crítica de Sebastián Zavala Kahn
Comunicador audiovisual y crítico de cine. Bachiller en Comunicación Audiovisual por la PUCP; Maestría en Artes de MetFilm School en Londres; miembro de la APRECI —Asociación de Prensa Cinematográfica—, y la OFCS – Online Film Critics Society, y crítico oficial de Rottentomatoes.com. Integra el staff de las webs de Nintendo Pe, Cinencuentro y Ventana Indiscreta. Maneja el blog de cine SebaZavaReviews desde el 2012. Cofundador de NoEsEnSerie.com y FotografíaCalato.com, y coautor del libro Videogames You Will Never Play, del colectivo Unseen64.