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CRÍTICA: Presencia – la mirada del fantasma

CRÍTICA: Presencia – la mirada del fantasma

Sebastian Zavala Kahn

Crítico de cine

Si van a ver “Presencia” esperando una experiencia de terror absoluto, quedarán decepcionados. No obstante, eso no quiere decir que se trate de una mala película —todo lo contrario, de hecho. Lo que tenemos acá es una suerte de thriller visto desde la perspectiva de un espíritu, en el que vamos conociendo gradualmente a los miembros de una familia, todos con dramas y conflictos propios. Hay un claro protagonista, eso sí —fuera del espíritu—, lo cual además resulta en una narrativa que se va desenvolviendo poco a poco para culminar de forma apropiadamente chocante y enervante. “Presencia” es interesante, pero le exige paciencia al espectador.

La película entera es presentada con planos largo de perspectiva —es decir, en primera persona—, permitiéndole al público ver todo desde los ojos de un espíritu que habita una casa recién vendida. Los nuevos dueños del lugar son una familia de cuatro. La mamá, Rebekah (una convincente Lucy Liu) es una mujer de negocios que parece haberse metido en una situación algo turbia. El padre, Chris (Chris Sullivan, de “This Is Us”) es un alma más noble, que se va dando cuenta de lo mucho que se diferencia de su esposa. El hijo mayor, Tyler (Eddy Maday) es un rebelde que no soporta toda la atención que se le da a su hermana menor. Y esta última, Chloe (Callina Liang) está sufriendo porque su mejor amiga murió unos meses antes, aparentemente habiéndose quitado la vida con una sobredosis de drogas.

Es Chloe, pues, quien termina convirtiéndose en la protagonista de la historia, el filme centrándose en la conexión que desarrolla con el espíritu de la casa. Inicialmente, solo es ella quien logra sentirlo, dándose cuenta de que, apropiadamente, hay una presencia en su hogar que la sigue, y quien ella sospecha podría ser su mejor amiga en el Más Allá. Tener a un personaje principal perceptivo, que intenta sobrellevar el duelo de diversas formas, resulta en una experiencia bastante emotiva, especialmente cuando Chloe comienza a entablar una suerte de amorío con Ryan (West Mulholland), uno de los amigos de Tyler, y un chico autodestructivo que termina siendo más de lo que inicialmente parece ser.

Nuevamente: “Presencia” no da miedo, y no porque sea un intento fallido de película de terror, si no más bien porque no es una película de terror. Si el filme funciona, es porque se va llevando a cabo como un thriller interesante que le permite al espectador relacionarse con Chloe y sus problemas, desarrollando escenas de verdadera tensión (especialmente una vez que Ryan entra a tallar a la historia). La perspectiva del fantasma termina siendo relevante para la narrativa, pero aunque es un elemento sobrenatural que logra otorgarle una identidad propia a la cinta, no diría que es lo más importante que nos logra ofrecer. Lo importante acá está en Chloe y en los sucesos que le van ocurriendo.

Ahora, “Presencia” cuenta con algunas subtramas que no se llegan a resolver satisfactoriamente, lo cual podría llegar a frustrar a ciertos espectadores. Por ejemplo, se entiende que el problema por el que pasa Rebekah ha sido incluido para tener algo de conflicto intrafamiliar, pero lamentablemente se trata de una línea narrativa que no llega a ninguna parte, y que más bien se termina sintiendo como relleno. Lo mismo pasa con las dudas que Chris comienza a tener respecto a su matrimonio; es algo que está intrínsecamente ligado a los turbios problemas de Rebekah, por lo que tampoco es resuelto. Considerando la, bueno, presencia que tienen estas historias en la película, hubiese preferido que llegasen a tener un punto, o por lo menos alguna suerte de conclusión interesante.

No obstante, y por más de que no se trate de una cinta perfecta, “Presencia” nunca llega a aburrir. Sí, se trata de una propuesta de ritmo pausado, que se toma su tiempo para establecer a sus personajes y su situación —tanto así que la historia comienza con la familia llegando recién a ver la casa antes de comprarla, siendo atendidos por una agente de bienes raíces interpretada por Julia Fox (“Diamantes en bruto”). Pero el prolífico director Steven Soderbergh logra mantenernos atentos, dejando pistas de forma gradual para que podamos ir armando los rompecabezas relacionados al pasado de Chloe, los problemas de Rebekah, y los conflictos internos de Chris. No es nada súper intenso o tenso, pero funciona.

La manera en que “Presencia” ha sido filmada, además, también ayuda. La película consiste de treinta-y-pico planos secuencia, con la mayoría de escenas siendo presentadas sin cortes, todas desde la perspectiva del espíritu que sigue a la familia de Rebekah. Esto resulta en una palpable inmediatez, haciendo que la historia se sienta más verosímil. Adicionalmente, “Presencia” cuenta con un par de giros narrativos que, sin llegar a ser totalmente imprevisibles, me dejaron con la piel de gallina. Uno de ellos, en particular, cambia la forma en que consideramos a la presencia del título durante la mayor parte de la historia, haciendo que la película concluya de forma sorprendente.

“Presencia” es una experiencia distinta —un filme que está siendo vendido como terror absoluto, pero que en realidad se desarrolla como un thriller familiar con un par de escenas de suspenso y conflictos intrigantes. Las actuaciones son todas buenas —en particular, disfruté de la sinceridad de Chris Sullivan, y la emotividad y verdad de Callina Liang—, el estilo de dirección logra otorgarle una identidad y un punto de vista muy particulares al producto final, y la cinta en general logra brillar —aunque sea de manera imperfecta— por lo poco convencional que es. Simplemente no vayan a ver “Presencia” esperando asustarse —no hay nada siquiera parecido al terror convencional aquí, por lo que si deciden verla esperando eso, podrían acabar increíblemente decepcionados. En este caso, vale la pena saber a qué se están metiendo antes de experimentarlo en el cine.

Crítica de Sebastián Zavala Kahn

Comunicador audiovisual y crítico de cine. Bachiller en Comunicación Audiovisual por la PUCP; Maestría en Artes de MetFilm School en Londres; miembro de la APRECI —Asociación de Prensa Cinematográfica—, y la OFCS – Online Film Critics Society, y crítico oficial de Rottentomatoes.com. Integra el staff de las webs de Nintendo Pe, Cinencuentro y Ventana Indiscreta. Maneja el blog de cine SebaZavaReviews desde el 2012. Cofundador de NoEsEnSerie.com y FotografíaCalato.com, y coautor del libro Videogames You Will Never Play, del colectivo Unseen64.

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