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CRÍTICA: Los Tres Mosqueteros: Milady – una sólida secuela llena de conspiraciones, traiciones y espadachines

CRÍTICA: Los Tres Mosqueteros: Milady – una sólida secuela llena de conspiraciones, traiciones y espadachines

Sebastián Zavala Kahn
Sebastián Zavala Kahn

Crítico de cine

“Los Tres Mosqueteros: Milady” comienza precisamente donde “Los Tres Mosqueteros: D’Artagnan” terminó. Y si no recuerdan lo que sucedió en la película anterior, esta secuela nos hace el favor de presentarnos un breve resumen de dichos eventos. En pocas palabras, el buen D’Artagnan (François Civil) trató de rescatar a su amada Constance (Lyda Khoudri) y falló en el intento. Y la manipuladora Milady de Winter (Eva Green) se tiró de un acantilado al mar, lo cual en este tipo de películas simplemente quiere decir que no está muerta. Y por supuesto, no nos olvidemos del contexto en el que se desarrolla esta historia; en los 1600s, a puertas de una guerra entre los Católicos y los Protestantes en Francia.

Es así, pues, que comienza “Los Tres Mosqueteros: Milady”, una nueva aventura con los Tres Mosqueteros del título (y D’Artagnan) que es completamente equiparable a la anterior. Después de todo, ambos filmes se grabaron juntos y de corrido, a lo largo de ciento cincuenta (¡!) días de rodaje en varias locaciones europeas. No debería sorprender, entonces, que este nuevo filme sea más o menos de la misma calidad que el primero; emocionante, bien editado, y lleno de escenas de conspiraciones, peleas de espadas, y traiciones por doquier. Es una ágil adaptación de la obra de Alexandre Dumas; suficientemente fiel a su fuente de inspiración, pero a la vez, modernizado y sin tomarse demasiado en serio a sí misma.

En todo caso, si hay algo que distrae un poco en “Los Tres Mosqueteros: Milady” —especialmente en comparación a su predecesora—, es que se siente un poco más enredada. No es que sea una historia difícil de seguir, pero sí es una que depende bastante de la información que le esconde al espectador —especialmente en relación a la identidad del conspirador que intentó asesinar al Rey de Francia, Louis XIII (un fascinante Louis Garrel) en el filme previo. Como se deben imaginar, la identidad de dicho villano no es tan fácil de adivinar, pero aquellos que tengan algo de experiencia con este tipo de películas, podrán tener más o menos una idea de quién puede ser (una pista: no es el personaje del que todos sospechan).

Fuera de la búsqueda por parte del apuesto D’Artagnan de Constance (la única chica verdaderamente inocente en todo este embrollo, lo cual eventualmente le traerá problemas), “Los Tres Mosqueteros: Milady” también involucra el inicio de una guerra entre los Católicos y Protestantes, todo para mantener unida a Francia bajo el reinado de Louis XIII. En ese sentido, Garrel toma las decisiones más interesantes —al igual que en la primera entrega— para interpretar a dicho monarca, un hombre aparentemente nervioso e inseguro de sí mismo. Y aunque la Reina Anne de Australia de Vicky Krieps tiene ahora un rol más limitado, igual da gusto verla en pantalla —especialmente ahora que se resignó a quedarse con el Rey, dejando de lado a su amante, el Duque de Buckingham (Jacob Fortune-Lloyd).

Por supuesto, siendo la adaptación de una novela clásica, “Los Tres Mosqueteros: Milady” también incluye varias subtramas de interés, la mayoría involucrando al resto de los Mosqueteros del título: Athos (un serio Vincent Cassel), Aramis (Romain Duris) y Porthos (Pio Marmai). El primero termina enterándose de que su ex mujer sigue viva (luego de que, en la primera película, nos haya contado de su fallecimiento), lo cual lo obliga a reconsiderar ciertas decisiones de su vida. Y el segundo se ve obligado a aceptar que su hermana monja, Mathilde (Camille Rutheford, de “Anatomía de una caída”) está embarazada, lo cual motiva al tercero a ayudarla… especialmente luego de que el padre de su hijo muere por un ataque de cañón. Así es la vida de un soldado.

Sabiamente, nadie en “Los Tres Mosqueteros: Milady”, ni el director Martin Bourboulon, ni el reparto, parece estar tomándose las cosas DEMASIADO en serio. Lo cual no quiere decir que sea un filme lleno de cinismo occidental y bromas fuera de lugar. De hecho, se trata de una experiencia completamente sincera, donde el drama funciona, los personajes se sienten cercanos —especialmente luego de haber aparecido en dos películas seguidas—, y el humor es utilizado ocasionalmente para aligerar el tono. En ese sentido, “Los Tres Mosqueteros: Milady” se siente como una experiencia más a la antigua; es un filme de aventuras que no abusa de la comedia, pero que incluye suficiente drama y acción como para que uno se involucre de lleno en la narrativa.

Pero, ¿qué hay de la Milady del título? Eva Green sigue dando una excelente actuación como dicho personaje, interpretándola como una mujer manipuladora, que siempre ha tenido que hacer de todo (y DECIR de todo) para sobrevivir. Se trata de una actuación enérgica e hipnotizante, que en este caso, además, pone en evidencia una potencial química sexual que podría existir entre ella y el D’Artagnan de Civil. Evidentemente es algo que simplemente no puede suceder (la amada Constance no merece ser engañada de esa manera), pero resulta interesante que la película decida “tentar” al cuarto Mosquetero, como poniendo a prueba la fidelidad y el amor que siente por la ayudante de la Reina.

Por otro lado, y al igual que su predecesora, “Los Tres Mosqueteros: Milady” cuenta con varias secuencias de acción, todas expertamente coreografiadas. Es cierto que el director Bourboulon abusa un poco de las cámaras nerviosas —especialmente al inicio—, pero ya para el tercer acto se calma un poco, más bien escenificando varias peleas de espadas y persecuciones en planos largos, siguiendo de cerca a sus protagonistas, y hasta mostrándonos actos de peligro de la forma más verosímil posible. En general, “Los Tres Mosqueteros: Milady” es una película que luce MUY BIEN, aprovechando al máximo un excelente diseño de producción, vestuario de muy buena calidad, y una dirección de fotografía frecuentemente expresiva, para adentrar al espectador en este mundo sucio y complejo y por momentos enredado.

Me dio gusto regresar a la historia de Dumas con “Los Tres Mosqueteros: Milady”. La primera película me gustó un poquitín más, pero me parece que esta se mueve a mejor ritmo, yendo siempre hacia adelante —de hecho, sus dos horas de duración se me pasaron volando. Lo único que me preocupa ahora es la tercera parte; “Los Tres Mosqueteros: Milady” termina con una suerte de “cliffhanger”, dejándolo a uno con ganas de más, y sin embargo, la siguiente película todavía no ha sido grabada, por lo que asumo que tendremos que esperar, como mínimo, un par de años para poder verla. Espero que de verdad la hagan; sería una pena que una saga tan entretenida y de carácter “old-school” se quede sin un final de verdad. Lo último que Bourboulon y compañía quieren, me imagino, es que sus espectadores sientan que todo esto fue una (ligera) pérdida de tiempo.

Crítica de Sebastián Zavala Kahn

Comunicador audiovisual y crítico de cine. Bachiller en Comunicación Audiovisual por la PUCP; Maestría en Artes de MetFilm School en Londres; miembro de la APRECI —Asociación de Prensa Cinematográfica—, y la OFCS – Online Film Critics Society, y crítico oficial de Rottentomatoes.com. Integra el staff de las webs de Nintendo Pe, Cinencuentro y Ventana Indiscreta. Maneja el blog de cine Proyectando Ideas desde el 2012. Cofundador de NoEsEnSerie.com y FotografíaCalato.com, y coautor del libro Videogames You Will Never Play, del colectivo Unseen64.