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CRÍTICA – Glass Onion: Benoit Blanc regresa en una secuela entretenida pero menos fresca que su predecesora

CRÍTICA – Glass Onion: Benoit Blanc regresa en una secuela entretenida pero menos fresca que su predecesora

Sebastián Zavala Kahn
Sebastián Zavala Kahn

Crítico de cine

“Entre navajas y secretos” fue un éxito inesperado para el director-guionista Rian Johnson (“Star Wars: Episodio VIII – Los últimos Jedi”) —tanto así, que Netflix terminó comprándole los derechos de al menos dos secuelas, para que sean estrenadas exclusivamente en su plataforma. Esto trajo consigo, por supuesto, una lamentable consecuencia: no poder ver las siguientes películas en la pantalla grande (la primera secuela sí ha tenido algunos (limitados) estrenos en cines, pero desgraciadamente no en nuestro país). Pero por supuesto, tampoco podemos negar que le permitirá a más gente disfrutar del trabajo de Johnson, un director que no siempre apela a todos los miembros de su público, pero que no carece de estilo, visión y una voz muy propia.

Lo cual nos lleva, por supuesto, a “Glass Onion: un misterio de Knives Out” (o como me gusta decirle: “Cebolla de Vidrio: un misterio de Chairas Afuera”… no, no lo repetiré). Lo que tenemos acá, pues, es una secuela que solo trae de vuelta al protagonista de la primera aventura, el célebre detective sureño Benoit Blanc (Daniel Craig), cambiando tanto la locación principal como los personajes secundarios, trasladándonos a una isla paradisíaca en Grecia. El resultado es una cinta que se siente menos fresca que su predecesora, y que ciertamente cuenta con algunos problemas estructurales que me distrajeron, pero que igual sirve para enamorarnos incluso más de Blanc. Sí, sigo prefiriendo la primera película, pero a la vez, no me molestaría ver más entregas de esta nueva franquicia.

Curiosamente, “Glass Onion” es de los primeros blockbusters (que yo sepa) en llevarse a cabo durante la pandemia por el Covid-19. Esto resulta en algunas escenas iniciales que, seguramente al ser escritas, resultaban graciosas y cercanas, pero que hoy en día no hacen más que recordarnos momentos que seguramente nos gustaría olvidar. Lo importante, en todo caso, es que Blanc es llevado a una isla privada por el billonario Miles Bron (Edward Norton), quien ha invitado a un grupo de amigos a participar de un curioso juego: un asesinato simulado que deben resolver. Entre ellos, se encuentran la ex-modelo Bridge Jay (Kate Hudson) y su asistente, Peg (la gran Jessica Henwick); el influencer Duke Cody (Dave Batista); la ex socia de Miles, Andi Brand (una excelente Janelle Monáe); una senadora llamada Claire Debella (Kathryn Hahn), y un científico llamado Lionel (Leslie Odom Jr.).

Todo parece estar saliendo de acuerdo al plan, pero como no podía ser de otra manera, al final del día se comete un asesinato de verdad, y queda en manos de Benoit el poder resolver este misterio… muy distinto al que Miles había tenido planeado. No obstante, este nuevo misterio termina siendo menos importante de lo que uno creería, ya que la película se decide concentrar en otro misterio, y en una revelación importante sobre uno de los personaje secundarios. Decir más implicaría incluir spoilers, por lo que solo vale la pena decir que la estructura del guion de “Glass Onion” es… curiosa. Ciertamente no obedece a los clichés y expectativas del cine de misterio, lo cual es muy respetable.

No obstante, esta obsesión por parte de Johnson de siempre ir en contra de la corriente, de subvertir nuestras expectativas (como lo ha hecho ya de manera infame en otras producciones), termina por quitarle algo de diversión a la película. Sí, el diálogo es frecuentemente excelente, y Craig, al igual que en el filme anterior, la está pasando de lo lindo como Blanc, pero el misterio central de “Glass Onion”, y la manera en que es presentado, simplemente se termina sintiendo demasiado enredado. Lo cual es curioso, considerando que todo el punto de la historia —y del título que lleva— está en demostrar que algunos misterios parecen ser complejos, pero que en realidad la verdad está a plena luz del día. Entiendo lo que Johnson quiere decirnos, entonces; simplemente no me fascinó la manera en que lo hizo.

Lo cual no quiere decir que “Glass Onion” sea una mala película; todo lo contrario, de hecho. Johnson es demasiado buen director y guionista como para entregarnos algo nefasto; la manera en que utiliza su cámara, muchas veces en movimiento, otras veces aprovechando zooms repentinos, le otorga mucha energía y estilo a la historia. Y en “Glass Onion”, al igual que en “Entre navajas y secretos”, ha logrado desarrollar personajes verdaderamente memorables, todos interpretados de manera impecable. Destacan una deslumbrante Kate Hudson (como una mujer particularmente insípida), Janella Monáe en un rol misterioso pero importante, y Edward Norton como una suerte de Elon Musk incluso más estúpido que el real.

De hecho, esta crítica a los supuestos genios millonarios y al 1% no pudo haber venido en mejor momento. Es casi como si el estreno de “Glass Onion” hubiese coincidido a propósito con la compra de Twitter por parte de Musk. Este contexto le permite a la película sentirse relevante, criticando a aquellas personas que son vendidas como genios, pero que en realidad solo utilizan su dinero e influencias y falsas amistades para mantenerse en boca de todos. Norton interpreta a Bron con esto siempre en mente, convirtiéndolo en una figura patética, y particularmente irritante para Blanc.

No puedo negar que Johnson logra transmitir varios temas interesantes en “Glass Onion”; desde la crítica ya mencionada de los billonarios arrogantes como Elon Musk, hasta su sátira de los influencers, la modelos, y los jóvenes de la generación Z con trabajos ingratos. Todo eso está bien, y la película está llena de momentos hilarantes y bien dirigidos, muchos protagonizados por un genial Daniel Craig, o por una espectacular Janelle Monáe. Pero fue la estructura de la historia lo que no me terminó de convencer —y un desenlace algo exagerado, que se sintió como mucho, incluso para este mundo tan particular. No obstante, igual vale la pena que vean “Glass Onion” —especialmente si disfrutaron de la película anterior. Algo me dice que tenemos Benoit Blanc para rato (¡y ojalá así sea!).

Crítica de Sebastián Zavala Kahn

Comunicador audiovisual y crítico de cine. Bachiller en Comunicación Audiovisual por la PUCP; Maestría en Artes de MetFilm School en Londres; miembro de la APRECI —Asociación de Prensa Cinematográfica—, y la OFCS – Online Film Critics Society, y crítico oficial de Rottentomatoes.com. Integra el staff de las webs de Nintendo Pe, Cinencuentro y Ventana Indiscreta. Maneja el blog de cine Proyectando Ideas desde el 2012. Cofundador de NoEsEnSerie.com y FotografíaCalato.com, y coautor del libro Videogames You Will Never Play, del colectivo Unseen64.