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CRÍTICA: Deadpool & Wolverine – justo lo que el doctor le había recetado a Marvel

CRÍTICA: Deadpool & Wolverine – justo lo que el doctor le había recetado a Marvel

Sebastián Zavala Kahn
Sebastián Zavala Kahn

Crítico de cine

Con todo y sus defectos, “Deadpool & Wolverine” es la inyección de energía que el Universo Cinematográfico de Marvel necesitaba. Incluso sus más arduos fanáticos serían capaces de admitir que la serie de películas producidas por Kevin Feige estaba comenzando a cansar —especialmente considerando los grandes logros que alcanzó con producciones como la seminal “Avengers Endgame”, o la ultra popular “Spider-man: sin camino a casa”. La idea del multiverso no estaba funcionando del todo —véase la decepcionante “Ant-man & Wasp: Quantumania”—, y el público que había estado yendo en masa a ver estas historias, simplemente no estaba demostrando interés en lo que se estaba produciendo post-pandemia.

Bueno, “Deadpool & Wolverine” ha llegado para cambiar todo eso. Combinando el tono irreverente que vimos en sus dos predecesoras, con referencias de todo tipo —a películas y personajes previos del MCU, a producciones de otras empresas como Fox, a historias que hemos visto en los cómics, y mucho más— y algo de contenido emocional, lo que hace “Deadpool & Wolverine” es cerrar de una vez por todas algunas de las historias que comenzaron décadas atrás, y dejar en bandeja una serie de posibilidades interesantes para el Universo de Marvel. Algunos declararán que lo mejor sería que dicho universo acabe acá —¿qué más se podría hacer?—, pero todos sabemos que eso es imposible. Resulta más sabio, en todo caso, tratar de encontrar más formas en las que Marvel Studios puede seguir yendo hacia adelante, por más de que, quizás, su Época de Oro ya haya quedado atrás.

Antes de comenzar, una advertencia: he hecho lo posible por NO INCLUIR “SPOILERS” (o lo que yo consideraría son “spoilers”), pero si realmente no quieren saber nada de la película, mejor dejen de leer, y regresen a este texto después de haberla visto.

¡Advertidos están!

Bien. Al comenzar “Deadpool & Wolverine”, vemos que Wade Wilson / Deadpool (Ryan Reynolds) está tratando de disfrutar de su vida, por más de que no todo haya salido como le hubiese gustado. Sí, logró salvar a Vanessa (Morena Baccarin) y sus amigos al final de la segunda película, pero tanto los Vengadores como los X-Men lo han rechazado, por lo que ha decidido dejar de trabajar como superhéroe. Pero como las cosas no se pueden quedar así, nuestro protagonista es raptado una noche por la TVA (la Autoridad de Variancia Temporal), protectores de la Sagrada Línea de Tiempo, y específicamente por el Sr Paradox (Matthew Macfayden). Resulta que Deadpool es considerado como alguien especial, y más que nada, como alguien que podría ayudarlos con ciertos problemas en el Multiverso.

Es así que, luego de un pequeño encuentro con Paradox, nuestro querido Rompedor de la Cuarta Pared decide ir en busca de un Wolverine. Y termina encontrando a una versión (interpretada, por supuesto, por Hugh Jackman) que ha decepcionado a su mundo entero, y ahora se dedica enteramente al alcohol. Pero luego de un par de giros narrativos que no pienso revelar, nuestros héroes terminan en una dimensión donde diferentes variaciones y elementos de universos descartados van a parar, y se encuentran con Cassandra Nova (Emma Corrin), hermana melliza de Charles Xavier. Desde ahí, intentarán arreglar todos los problemas que han causado, haciendo el intento, incluso, de reparar todo el daño que Wolverine hizo en su universo, y salvar a los amigos de Deadpool en el suyo.

Lo crean o no, he hecho todo lo posible por resumir la trama de “Deadpool & Wolverine” sin incluir demasiados “spoilers” —porque a pesar de que no se trata de una narrativa particularmente compleja, la película SÍ incluye varias sorpresas que los fanáticos querrán ver sin previo conocimiento. De hecho, lo que tenemos acá es una producción llena de “fanservice”, en la que los “cameos” llegan a cada rato, las referencias a otras producciones son frecuentes, y las peleas —sangrientas, agresivas— cumplen los sueños de más de un lector de cómic o seguidor de Marvel. Es todo bastante abrumador, y por momentos se puede sentir como aquella escena famosa de “cameos” de “Anchorman” —o peor, en algunos casos, como la de la secuela. Pero viéndolo desde el punto de vista de un fanático acérrimo, la mayoría de estas inclusiones resultan satisfactorias —y al menos generaron una reacción enérgica y palpable en el Avant Premiere al que fui.

Es así, pues, que “Deadpool & Wolverine” se puede considerar como una película HECHA para fans. Aquellos que poco o nada sepan sobre los Vengadores, Wolverine o los X-Men, ni deberían animarse a ir a ver el filme. Pero bueno, ¿por qué alguien que no ha visto ninguna de las entregas anteriores de estas franquicias iría a ver una cinta con el título de “Deadpool & Wolverine”? Y por supuesto, si no disfrutaron de la caracterización del Mercenario Bocazas (jeje) en las dos películas previas, no creo que les vaya a caer bien acá —en “Deadpool & Wolverine”, el buen ‘Pool está más hablador, más bromista y más autoreferente que nunca.

Lo cual, por supuesto, resultará gracioso para la mayoría, e irritante para algunos. Para vuestro servidor, terminó siendo como una mezcla de ambos sentimientos. Ahora, valgan verdades, la MAYORÍA de “gags” funcionan —y nuevamente, generaron la respuesta deseada en el público—, pero sí hubo un par de momentos que me saturaron. Nada demasiado grave, por supuesto, pero sí deberían considerar que en “Deadpool & Wolverine” simplemente hay MÁS. Más “cameos” (algunos innegablemente sorprendentes), más acción, más sangre, más palabrotas, y por supuesto, más chistes. Y Reynolds (con el director Shawn Levy y su pequeño ejército de guionistas) se burla de todo: del Universo Fox, de los actores de Marvel, de los cómics, de los “fancasts”, de los Vengadores, de los errores del MCU, y mucho más. Me dio gusto, en todo caso, ver que Feige y Marvel le dieron rienda suelta a Reynolds y los demás; generalmente para bien, y en algunos casos para mal.

Ahora bien, dudo que mucha gente vaya a ver “Deadpool & Wolverine” buscando una narrativa compleja que nos diga mucho sobre la condición humana; las ambiciones del filme son bastante más modestas (y enfocadas en la satisfacción del fanático de Marvel). Y sin embargo —y felizmente—, Levy y su equipo han logrado otorgarle algo de humanidad a la cuestión. Deadpool pasa por un arco de personaje, en el que logra convertirse en alguien capaz de hacer cosas importantes para la humanidad; no porque ÉL necesite hacerlas, si no más bien porque LOS DEMÁS necesitan que las haga. Y Jackman interpreta a Wolverine con suficiente seriedad, desarrollándolo como una variante llena de arrepentimientos, que busca una salida en el alcohol, y que ahora tiene la oportunidad de hacer el bien y compensar sus errores del pasado. No es nada ultra profundo, pero para efectos de lo que se nos presenta, no está del todo mal.

Por otro lado, la dirección de Levy está… bien. El cineasta responsable de filmes como “Real Steel” o “Free Guy” nunca ha sido conocido por un estilo visual potente o ideas grandes, por lo que no encontrarán nada de eso acá. Pero al menos se puede decir que el producto final luce mejor que la mayoría de sus trailers —la colorización está un poco más saturada, y se siente mucho menos “lavada” que la de la producción promedio de Marvel—, e incluye algunas secuencias de acción creativas. Una de ellas se lleva a cabo enteramente en un carro, por ejemplo; otra hace uso del esqueleto de cierto personaje (no diré quién), y una de las más memorables se lleva a cabo CASI como un plano secuencia, y resulta tanto emocionante (y sangrienta) como graciosa. “Deadpool & Wolverine” no es la película más creativa o espectacular que puedan ver, pero incluye ciertos momentos de brillantez que sí me hicieron sonreír.

Al final del día, “Deadpool & Wolverine” es todo lo que podrían esperar de una producción como esta. Está mucho mejor que algo como “Ani-man & Wasp: Quantumania” o “Thor: Amor y Trueno”, y se siente tanto como un sentido homenaje al ahora muerto Universo de Fox, como un nuevo comienzo para el MCU (que aparentemente ahora se alejará de los Multiversos; ¡crucemos los dedos!). Se trata de una producción increíblemente autoreferecial, llena de “cameos” de todo tipo, comentarios sarcásticos sobre lo que se ve y no se ve en pantalla, chistes a veces irritantes por parte de Reynolds, y “fanservice”, a falta de una mejor expresión, “como cancha”. No es arte complejo, pero nunca pretendió serlo, y ver la película esperando que sea algo que no es, no sería más que un ejercicio en futilidad. “Deadpool & Wolverine” es lo que es; los fanáticos la amarán, el resto la disfrutaremos por sus cualidades, y hay quienes, por supuesto, la odiarán, considerándola como “todo lo que está mal con el cine comercial contemporáneo”. O sea, no es nada nuevo, necesariamente, pero sí lo que Marvel necesitaba para mantenerse relevante.

NOTA: “Deadpool & Wolverine” cuenta con algunas imágenes durante los créditos, y UNA escena post-créditos principal.

Crítica de Sebastián Zavala Kahn

Comunicador audiovisual y crítico de cine. Bachiller en Comunicación Audiovisual por la PUCP; Maestría en Artes de MetFilm School en Londres; miembro de la APRECI —Asociación de Prensa Cinematográfica—, y la OFCS – Online Film Critics Society, y crítico oficial de Rottentomatoes.com. Integra el staff de las webs de Nintendo Pe, Cinencuentro y Ventana Indiscreta. Maneja el blog de cine Proyectando Ideas desde el 2012. Cofundador de NoEsEnSerie.com y FotografíaCalato.com, y coautor del libro Videogames You Will Never Play, del colectivo Unseen64.