La primera película de “¡Shazam!” se sintió como un respiro de aire fresco cuando salió hace unos años. A diferencia de las otras películas de DC de aquella época, que manejaban un tono mas bien sombrío y por momentos exageradamente serio, la nueva propuesta de David F. Sandberg (“Annabelle Creation”) se deleitaba en ser ligera y en estar orientada a un público más joven, por momentos sintiéndose como una suerte de “Deadpool” para toda la familia. Nada extraordinario, pero ciertamente distinto —y más emotivo— a lo que DC nos tenía acostumbrados hasta hace relativamente poco.
Es por todo eso que le tenía fe a “¡Shazam!: la furia de los dioses”, una secuela que hemos estado esperando ya por un buen tiempo (al igual que varias otras películas, su fecha de estreno fue cambiada un par de veces debido a la pandemia). Obviamente ahora sabemos que “Flash” reseteará todo el universo de DC y que James Gunn y Peter Safran comenzarán a construir una nueva serie de películas que tendrán poco que ver con lo que vino antes, por lo que algunos podrían considerar que esta nueva propuesta simplemente… no importará a largo plazo. Pero al menos para vuestro servidor, ese no tendría por qué ser el aspecto más importante del filme. A veces, la interconectividad no es lo más importante. A veces, lo que de verdad importa es que la película funcione de por sí, como una aventura bien hecha y entretenida.’
Y en ese sentido, “¡Shazam!: la furia de los dioses” es un éxito… parcial. Sigo pensando que su predecesora es superior, pero igual lo que tenemos acá es una experiencia honesta, frecuentemente graciosa, y por momentos sorprendente, que se termina por ahogar en un mar de efectos visuales de irregular calidad, y un par de actuaciones que, para mi sorpresa, no terminaron de convencer. No me tomen a mal; estoy seguro que la mayoría de espectadores la pasará bien con “¡Shazam!: la furia de los dioses”. Pero considerando lo larga que se puede sentir por momentos, y lo desesperadamente ruidosa que puede ser en otros, no puedo evitar sentir que podría haber sido un poquiiiito mejor.
“¡Shazam!: la furia de los dioses” se lleva a cabo un par de años luego de la primera película. Billy Batson (Asher Angel) todavía vive con su familia adoptiva, y junto a sus hermanos putativos, todavía cuenta con los poderes de ¡Shazam!, transformándose en su alter ego (Zachary Levi) cada vez que la ciudad lo necesita. Por su parte, su mejor amigo/hermano Freddy (Jack Dylan Grazer) parece estar disfrutando también de su identidad superheróica, aunque comienza a distraerse gracias a la llegada de una nueva chica a la escuela, la encantadora Anne (Rachel Zegler). Y mientras todo esto sucede, ninguno de sus padres (Marta Milans y Cooper Andrews) sospecha de las actividades de sus hijos.
La cosas se tornan más complicadas, sin embargo, con la llegada de las Hijas de Atlas: las diosas Hespera (Helen Mirren) y Kalypso (Lucy Liu). Las dos han llegado a la Tierra para hacerse del báculo del Hechicero (Djimon Hounsou), el cual les permite removerle los poderes de ¡Shazam! a cualquiera que los haya obtenido. Pero más grave aun: lo que quieren es encontrar la manzana de un árbol legendario que les permitirá recrear su propio mundo dentro de la Tierra, destruyendo a la población humana en el proceso. Evidentemente, ni Billy, ni Freddy ni sus hermanos podrán permitir esto, lo que resultará en un violento enfrentamiento entre superhéroes, diosas, y hasta criaturas como dragones y unicornios.
Al igual que en la primera película, el director David F. Sandberg logra desarrollar una interesante mezcla de tonos, incluyendo momentos de innegable ligereza y comentario CASI metatextual, así como escenas de chocante violencia, en donde los poderes de las antagonistas son demostrados de manera intensa. Esto no debería sorprender, considerando que Sandberg viene del mundo del terror —puede que “¡Shazam!: la furia de los dioses” sea una película principalmente orientada a un público joven, pero el experimentado cineasta y artista de VFX no resiste la tentación de incluir empalaciones, personajes siendo lanzados por todas partes, quemaduras, superhéroes atravesando edificios, y más. Es todo muy emocionante —quizás demasiado para los miembros más pequeños de la casa.
Sin embargo, y a pesar de que el director tiene experiencia con efectos visuales, “¡Shazam!: la furia de los dioses” cuenta con varios planos en los que las imágenes creadas por computadora no son del todo convincentes. Vale la pena aclarar que la mayor parte del tiempo, el filme luce BIEN —es precisamente por eso, de hecho, que los planos de carácter sintético o poco convincente terminan por destacar tanto. Ciertas criaturas que aparecen durante el tercer acto, por ejemplo, parecen haber sido extraídas de un juego para PlayStation 3 (ni el 4, ni el 5), y los momentos en los que vemos a Lucy Liu montar un dragón tienen problemas de composición. Ya se sabe que Hollywood tiene un problema de VFX (muy pocos artistas mal pagados para tantos proyectos), y parece que “¡Shazam!: la furia de los dioses” es la más reciente víctima de ello.
De las actuaciones solo tengo algunas observaciones negativas. Como era de esperarse, Zachary Levi está muy bien como ¡Shazam!, inyectándole mucha energía al personaje, interpretándolo, como es lógico, como un niño atrapado en el cuerpo de un hombre. Y a diferencia de la primera cinta, sentí más similitudes entre su trabajo y el de Asher Angel, quien acá aparece con una actitud más alegre y ligera. Esto ayuda a que ambos se sientan como dos caras del mismo personaje. Por su parte, Jack Dylan Grazer sigue siendo tan divertido como siempre como Freddy —aunque por momentos puede llegar a ser un poco muy ruidoso o exagerado. De las villanas, disfruté mucho del trabajo de Helen Mirren (autoritaria, intimidante) y Rachel Zegler (dulce y encantadora). Pero a Lucy Liu, por alguna razón, se le ve aburrida —como si estuviese pensando en otra cosa mientras recita sus discursos de megalomanía. Eso sí, me dio gusto ver a Djimon Hounsou tomarse un poco menos en serio a sí mismo —y además, tiene mucho más que hacer acá que en la primera película.
Porque al final del día, y a pesar de contar con algunas escenas de considerable violencia, “¡Shazam!: la furia de los dioses” es una COMEDIA de superhéroes, y en ese aspecto, no decepciona. La mayoría de los chistes y líneas de diálogo graciosas funcionan —y ciertamente crearon un ambiente divertido en la sala de cine a la que fui—, y la película felizmente nunca se llega a convertir en una farsa. De hecho, Sandberg hace un buen trabajo balanceando el humor con la acción y los temas relacionados a la familia y la aceptación —nada sutil ni revolucionario, pero al menos son elementos que logran darle una dimensión temática adicional al filme. Y aunque asumo que “¡Shazam!: la furia de los dioses” ya no pertenece al “canon” oficial de DC, igual dio gusto ver cierto cameo hacia el final de la historia. No se preocupen; no lo spoilearé (aunque uno de los tráilers de la película SÍ lo hizo; ¡de verdad que no entiendo!).
“¡Shazam!: la furia de los dioses” nos da exactamente lo que esperaríamos de ella; ni más, ni menos. La primera entrega funciona mejor porque se siente más fresca y novedosa, pero tampoco puedo decir que esta secuela sea mucho peor que su predecesora. De hecho, maneja la misma mezcla de tonos, entregándonos una aventura entretenida, frecuentemente hilarante, y bien enfocada en las interacciones entre sus jóvenes protagonistas. Sí, los efectos visuales podrían haber sido mejores, y sí, un par de actuaciones no llegan a convencer, pero fuera de eso, dudo que la vayan a pasar mal con “¡Shazam!: la furia de los dioses”. No es nada fuera de lo común, pero ciertamente es superior a algo como la genérica “Black Adam” (de la cual ya casi todos nos olvidamos). A ver si se animan a sacar una tercera parte.
NOTA: “¡Shazam!: la furia de los dioses” cuenta con DOS escenas post-créditos… las cuales serían más emocionantes si ni supiéramos que James Gunn está a punto de cambiar todo el “canon” de DC. Solo el tiempo nos dirá si estas escenas terminan importando, o no.
Crítica de Sebastián Zavala Kahn
Comunicador audiovisual y crítico de cine. Bachiller en Comunicación Audiovisual por la PUCP; Maestría en Artes de MetFilm School en Londres; miembro de la APRECI —Asociación de Prensa Cinematográfica—, y la OFCS – Online Film Critics Society, y crítico oficial de Rottentomatoes.com. Integra el staff de las webs de Nintendo Pe, Cinencuentro y Ventana Indiscreta. Maneja el blog de cine Proyectando Ideas desde el 2012. Cofundador de NoEsEnSerie.com y FotografíaCalato.com, y coautor del libro Videogames You Will Never Play, del colectivo Unseen64.