Parece que ni siquiera tener una fuente de inspiración inherentemente cinematográfica como la saga de “Uncharted” ha ayudado a romper la infame “maldición de las películas de videojuegos”. No me tomen a mal; no es que la película de “Uncharted” sea terrible. De hecho, para estándares del subgénero, está bastante bien, y de hecho podría ser considerada como una de las mejores adaptaciones hasta ahora, junto a “Detective Pikachu”, “Sonic”, “Silent Hill” y “Prince of Persia”. Pero no puedo evitar pensar que pudo haber sido mejor… más fiel a los juegos, más compleja, y hasta más ambiciosa.
Ciertamente no ayuda que algunos fanáticos se vayan a molestar con los cambios realizados en “Uncharted”. La película sirve como una suerte de precuela para los juegos, incluyendo elementos de los cuatro títulos, desde secuencias de acción hasta personajes y locaciones. Y en vez de tener a un Nathan Drake y un Sully como los de los juegos, el filme nos presenta versiones más jóvenes de los personajes, las cuales no siempre tratan de emular a sus fuentes de inspiración. Es interesante; “Uncharted” es relativamente fiel a los juegos de manera superficial, como si estuviera activamente intentando no fastidiar a los fanáticos. Pero a la vez, cuenta con tantos cambios y adiciones y licencias creativas, que para muchos podría no ser considerada como parte del canon.
“Uncharted” comienza in medias res, recurso que vimos en los juegos, pero que para efectos de la película, no sirve de mucho. Luego pasamos a un flashback en los 90s, donde un joven Nathan Drake es separado de su hermano mayor, Sam. Y luego de eso, por fin, llegamos al “presente”, donde un (todavía joven, pero no tanto) Drake (Tom Holland) trabaja de bartender en un bar en Nueva York, utilizando sus considerables habilidades para robarle joyas a la gente. Es ahí, de hecho, donde Victor “Sully” Sullivan (Mark Wahlberg) lo encuentra, ofreciéndole la oportunidad de adentrarse en una aventura, en busca de un tesoro perdido.
Inicialmente, Nathan rechaza la oferta, pero la posibilidad de descubrir tanto oro (y de reencontrarse con su hermano, quien hasta hace poco estuvo trabajando con Sully) es demasiado tentadora. Es así, pues, que Nate y Sully viajan a Barcelona, siguiendo una serie de pistas dejadas siglos antes, y asociándose con la suspicaz Chloe Frazer (Sophia Ali), otra cazadora de tesoros. Pero como se deben imaginar, ellos no son los únicos en busca del oro. El millonario Santiago Moncada (Antonio Banderas) ha enviado a sus secuaces, liderados por la letal Braddock (Tati Gabrielle), tras el rastro de nuestros héroes, interesado en un tesoro que él cree siempre debió ser propiedad de su familia.
“Uncharted” no tiene miedo de admitir cuáles son sus influencias; no solo está basada en una serie famosísima de juegos, si no que mencionan a Indiana Jones en el diálogo, y contiene elementos muy similares a los de las películas de “En busca del Tesoro Perdido”, con Nicolas Cage. Intenta ser, pues, una película de acción y aventura bien a la antigua, un pastiche del cine Hollywoodiense ochenteno, el cual a su vez era un pastiche de las seriales de aventuras de los años 30… las cuales, a su vez, estaban basadas en las novelas de acción tipo pulp de principios del siglo pasado. Los efectos visuales se han tornado más complejos y la acción más frenética, pero en términos básicos, “Uncharted” es una película bien a la antigua.
Lo cual, desgraciadamente, sí hace que se sienta un poco genérica. Las películas de “Indiana Jones” lograron obtener un estilo propio gracias al carisma y personalidad de su protagonista, y a los increíblemente detestables que eran sus antagonistas. Incluso una película como “La Momia” (una de mis favoritas de toda la vida) resalta gracias a su sentido del humor, y a un villano absolutamente memorable. “Uncharted”, por su parte, nunca llega a estar al mismo nivel que aquellas producciones. Sorprende, por ejemplo, que el Santiago Moncada de Antonio Banderas (súper desperdiciado) sea tan soso, su historia de trasfondo curiosamente subdesarrollada, y su rol en el clímax decepcionantemente breve. La Braddock de Tati Gabrielle la pasa un poco mejor, pero tampoco es que sea particularmente interesante.
Y aunque la química entre Holland y Wahlberg es palpable… nunca llegan a sentirse como Nathan Drake y Victor Sullivan. Holland, carismático y adorablemente torpe, es simplemente demasiado inocentón para ser Drake, y Wahlberg interpreta a Sully como… Mark Wahlberg. Quien sí logra convertirse en su personaje, más bien, es Sophia Ali, que interpreta a Chloe como alguien que no confía en nadie, siempre consciente de que la podrían traicionar en cualquier momento. No es el personaje más complejo del mundo, pero Ali lo interpreta de manera encantadora, resaltando su fisicalidad, pero también su fuerte personalidad.
Por otra parte, las secuencias de acción son… cumplidoras. La mejor definitivamente es la que se lleva a cabo en el aire, el Nate de Holland cayéndose de un avión y saltando de caja en caja, deshaciéndose de secuaces que no cuentan con su agilidad o picardía. No, no luce particularmente realista, pero dentro de la ficción de la película, una suerte de realidad aumentada y exagerada, funciona. El resto de secuencias, aunque suficientemente emocionantes, abusan un poco de las cámaras en mano, y curiosamente, no incluyen muchos tiroteos (una característica de los juegos que, a estas alturas, ya es un meme, debido a los cientos de personas que Nate mata en cada entrega). Y los acertijos, sin ser particularmente difíciles (involucran cruces de oro, llaves y… un Papa John’s en Barcelona… ¡yee, product placement!), le otorgan algo de variedad e intriga a la narrativa.
“Uncharted” cuenta con suficientes easter eggs y referencias a los juegos, como para dar la impresión de que sus creadores le tienen algo de respeto al material original. Y para quienes sepan poco o nada sobre videojuegos o empresas como Naughty Dog o PlayStation, se sentirá como una película entretenida de aventuras y tesoros; nada especial, pero nada ofensivo, tampoco. Sin embargo, los fanáticos de “Uncharted” probablemente queden con sentimientos encontrados; la película mezcla varios elementos de los juegos y es bastante emocionante por momentos, pero a la vez, no cuenta con villanos particularmente memorables ni con protagonistas que se parezcan a los originales. “Uncharted” es un filme decente (y para estándares del cine de videojuegos, hasta bueno), pero ciertamente pudo ser mejor. Habrá que ver qué pasa con la inevitable secuela.
Crítica de Sebastián Zavala Kahn
Comunicador audiovisual y crítico de cine. Bachiller en Comunicación Audiovisual por la PUCP; Maestría en Artes de MetFilm School en Londres; miembro de la APRECI —Asociación de Prensa Cinematográfica—, y la OFCS – Online Film Critics Society, y crítico oficial de Rottentomatoes.com. Integra el staff de las webs de MasGamers, Nintendo Pe, Cinencuentro y Ventana Indiscreta. Desde enero del 2012 publica videocríticas y comentarios de cine en el blog Proyectando Ideas. Cofundador de FotografíaCalato.com, y coautor del libro Videogames You Will Never Play, del colectivo Unseen64.