Con “MaXXXine”, Ti West ha concluido su inesperada trilogía de forma cumplidora, desarrollando una historia que mucho le debe al cine de explotación de los 80s, los slashers, y la cultura de las tiendas de video y el videonasty. Es decir, es un filme que no solo nos transporta a la década del ochenta, si no que también ha sido dirigido casi como si fuese una producción de aquella época, sintiéndose no tanto como “Stranger Things”, si no más bien como algo más auténtico. Puede que no funcione tan bien como terror —hasta me animaría que no pertenece a aquel género—, pero dudo mucho que se vayan a aburrir con “MaXXXine”.
“MaXXXine” se lleva a cabo en los años ochenta, un tiempo después de la masacre de la grabación porno de la película anterior. Ahora, la Maxine del título (una excelente Mia Goth) vive en Los Ángeles, haciéndose famosa como una de las actrices porno más populares de la ciudad. Pero ella quiere MÁS: de hecho, sus ambiciones son tantas, que termina audicionando para la exigente directora de Hollywood Elizabeth Bender (Elizabeth Debicki), y ganando el papel protagónico de una producción de terror llamada “La Puritana II”. Por fin, parece que las cosas saldrán bien para nuestra protagonista.
Pero quizás no tanto. Porque resulta que hay un asesino en la ciudad: el Acosador Nocturno (un criminal de la vida real, que de verdad estuvo suelto en las calles de Los Ángeles hace cuarenta años), quien se está encargando de acabar con gente relacionada a Maxxine. Y a la vez, la ambiciosa actriz está siendo sobornada por un detective privado llamado John Labat (un turbio Kevin Bacon), quien la amenaza con hacer público parte de su pasado, si es que no le hace caso a él y a su misterioso jefe. Es por eso que Maxine se ve obligada a buscar la ayuda de su representante, Teddy Night (Giancarlo Esposito), mientras la policía de Los Ángeles, representada por los agentes Williams (Michele Monaghan) y Torres (Bobby Cannavale) la buscan para que colabore en la investigación de los asesinatos del Acosador Nocturno.
Aquellos que estén esperando algo verdaderamente terrorífico por parte de “MaXXXine” quedarán decepcionados. Lo que West nos ofrece con esta tercera parte, más bien, es un thriller de misterio con elementos dramáticos y de “gore” repentino, en donde uno empatiza con el personaje del título, y siempre está pendiente de lo que pueda pasar en relación al Acosador Nocturno. Por ende, el filme carece de momentos de horror, y más bien desarrolla tensión a partir del asesino que anda suelto por la ciudad, las muertes de personajes secundarios, y las apariciones constantes por parte de Labat, un hombre peligroso que parece estar empeñado en destruir todo lo que Maxine ha construido. Hay suspenso en “MaXXXine”, pues, mas no mucho terror que digamos.
Y sin embargo, si uno intenta ver la película considerado todo lo anterior, puede disfrutar bastante de lo que West está ofreciendo. Como se dio a entender líneas arriba, por ejemplo, la recreación de la época es impecable, sumergiéndonos en un Los Ángeles ochentero súper peligroso; sucio, lleno de luces de neón, criminales y trabajadoras sexuales por todas partes, y gente protestando por la degeneración supuestamente incitada por las películas producidas por Hollywood. Es a través de esto último, de hecho, que “MaXXXine” desarrolla uno de sus temas principales: el rol de la gente puritana en la percepción de productos culturales, y como estos pueden hacer más daño a través de sus protestas y actitudes escandalizadas, que la gente creativa dedicada a contar historias para adultos (ya sea por su contenido violento, o por escenas sexuales).
No es casualidad, después de todo, que nuestra protagonista sea una actriz porno —una mujer que no tiene miedo de usar su cuerpo para llegar al éxito, y que se dedica tanto a trabajar arduamente, como a drogarse con cocaína y defenderse agresivamente de criminales. Una escena, en la que un tipo disfrazado de Buster Keaton intenta atacarla con un cuchillo, culmina de forma particularmente violenta (y seguramente hará que más de un miembro masculino del público se retuerza de dolor en su asiento). “MaXXXine” es una protagonista fascinante, pues; una chica compleja, con la que resulta muy fácil empatizar debido a todo por lo que ha pasado, y a lo mucho que está luchando para seguir adelante y, como ella siempre dice, convertirse en una estrella.
Ayuda, además, que Goth dé una fascinante actuación, como siempre. La popular actriz desarrolla a Maxine como una mujer fuerte pero vulnerable; como una figura controversial en su momento —que pertenece a un mundo ante el cual mucha gente se encuentra protestando—, pero que no se detendrá ante nada para lograr sus objetivos. Goth no tiene que DECIR mucho para transmitir lo que el personaje siente, y resalta tanto en los momentos más tiernos —hay pocos, pero hay—, como en los más violentos. Y el reparto secundario es simplemente excelente: Kevin Bacon da una interpretación deliciosamente perturbadora como Labat; Elizabeth Debicki es suficientemente fría como Bender; Lily Collins tiene un rol pequeño pero importante como Molly Bennet, la musa anterior de la directora; Giancarlo Esposito aprovecha al máximo el rol de Teddy Night (da gusto verlo como algo que no sea un villano despiadado), y tanto Michelle Monaghan como Bobby Cannavale parecen estar divirtiéndose como la pareja de policías.
“MaXXXine” es una buena conclusión para la trilogía comenzada por “Pearl” y “X”. No se trata de una producción extraordinaria, pero al combinar elementos de thriller, con algo de “gore”, una excelente recreación de Los Ángeles de los ochentas, y fascinantes actuaciones, logra transformarse en algo poco común; al menos, no se puede decir que se sienta como una producción genérica. Y si ya eran fanáticos de Mia Goth, “MaXXXine” no hará más que convencerlos de que se trata de una excelente actriz, que me daría gusto ver en más y más variados proyectos. En todo caso, si disfrutaron de las dos cintas anteriores, la pasarán bien con “MaXXXine” —pero a la vez, y sin ser una experiencia decepcionante, dudo que se convierta en su entrega favorita de la trilogía.
Crítica de Sebastián Zavala Kahn
Comunicador audiovisual y crítico de cine. Bachiller en Comunicación Audiovisual por la PUCP; Maestría en Artes de MetFilm School en Londres; miembro de la APRECI —Asociación de Prensa Cinematográfica—, y la OFCS – Online Film Critics Society, y crítico oficial de Rottentomatoes.com. Integra el staff de las webs de Nintendo Pe, Cinencuentro y Ventana Indiscreta. Maneja el blog de cine Proyectando Ideas desde el 2012. Cofundador de NoEsEnSerie.com y FotografíaCalato.com, y coautor del libro Videogames You Will Never Play, del colectivo Unseen64.