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CRÍTICA: El títere (2007, Netflix) – James Wan a media caña

CRÍTICA: El títere (2007, Netflix) – James Wan a media caña

Sebastian Zavala Kahn

Crítico de cine

“El títere” es una producción curiosa. Fue dirigida por James Wan y escrita por Leigh Whannell justo después del éxito de su primera película, “Saw”, pero antes de que encontraran otro éxito con la franquicia de “El conjuro”. Por ende, se siente como algo que hicieron “en el camino”, pero que no alcanza a ser ni tan memorable ni tan terrorífica como ninguna de las entregas de las dos franquicia ya mencionadas. Con “El títere”, Wan trató de alejarse del gore de “Saw”, metiéndose más al mundo de los espíritus y los lugares embrujados, pero fue recién con la primera de “El conjuro” que logró tener éxito con aquellos conceptos. “El títere”, pues, no es horrible, pero sí se siente como un filme que nunca logra alcanzar su máximo potencial.

Al comenzar “El títere”, vemos a la feliz pareja de Jamie (Ryan Kwanten) y Lisa (Laura Regan) viviendo tranquilos en su departamento. Pero las cosas cambian para mal cuando de pronto reciben un misterioso paquete, el cual, al abrirse, demuestra tener en su interior un extraño títere con aspecto de niño. Y es ese títere, lamentablemente, el que termina trayéndole problemas a la joven pareja, asesinando a Lisa, y dejando a Jamie como el único sospechoso de su muerte. Sin embargo, el detective que lo lleva a la comisaría, Lipton (Donnie Wahlberg) no tiene suficientes pruebas como para arrestarlo, así que lo deja ir.

Empecinado en encontrar la verdad detrás de la muerte de su esposa, Jamie viaja al pueblo de su infancia, no solo para darle un funeral y enterrar a la finada, si no también para encontrarse con su millonario padre, Edward (el gran actor secundario Bob Gunton), y su nueva y joven esposa, Ella (Amber Valletta). Resulta que de niño, la madre de Jamie le recitaba un poema sobre una mujer que coleccionaba títeres y que fue enterrada con los mismos, y nuestro protagonista no puede evitar sentir que tanto su nuevo muñeco como la muerte de Lisa están relacionados al poema. Y por supuesto, no se equivoca; resulta que el títere está siendo controlado por el espíritu de la mujer del poema, el cual quiere acabar con Jamie y quien sea que lo rodee. Por ende, nuestro protagonista decide intentar encontrar la forma de detenerlo, por más de que Lipton, lógicamente, ande tras él y no crea en sus historias.

En teoría, “El títere” cuenta con la mayoría de recursos que muy bien terminaron funcionando en producciones posteriores de Wan y Whannell: espíritus, muñecos y títeres (hasta tenemos un “cameo” de parte de Billy the Puppet, de “Saw”), lugares antiguos y lúgubres, y un misterio central relacionado a una historia oscura del pasado. Y sin embargo, nada llega a cuajar del todo, sintiéndose más como una narrativa innecesariamente enredada que, además, convierte a su protagonista en una figura sorprendentemente pasiva, más reactiva que verdaderamente proactiva. Los héroes de Patrick Wilson tanto en “El conjuro” como en “La noche del demonio” resultan interesantes tanto a nivel humano como para efectos de la trama; el Jamie de Ryan Kwanten, por su parte, es trágicamente aburrido.

Lo cual, dicho sea de paso, no es culpa de Kwanten, quien hace lo que puede con un rol poco interesante. Más entretenido, en todo caso, resulta el detective de Donnie Wahlberg, a quien aparentemente le encanta afeitarse con su máquina eléctrica cada vez que puede, y parece estar divirtiéndose de lo lindo con un caso aparentemente ridículo. Por su parte, Bob Gunton tiene un rol pequeño pero importante como el padre de Jamie, y Amber Valletta (quien apareció en toda suerte de películas conocidas en los 2000s, para luego casi desaparecer) destaca como la nueva madrastra de nuestro protagonista, una mujer aparentemente bondadosa. O quizás demasiado bondadosa.

Ahora bien, no voy a incluir spoilers, lógicamente, por lo que solo mencionaré que, a pesar de ser una experiencia francamente previsible y narrativamente poco original, “El títere” sí cuenta con un giro narrativo final que me agarró desprevenido. Por ahí he leído que algunos críticos lo consideraron previsible en su momento, pero para Vuestro Servidor, se trata de lo mejor que tiene “El títere” para ofrecer. Tiene sentido dentro del contexto de la película y hasta es apoyado por suficientes pistas a lo largo de la historia, y resulta apropiadamente chocante. Es una pena, en todo caso, que venga tan pero tan tarde, tanto así que es el momento previo a los créditos finales. Hubiese sido mejor que el giro sea presentado antes, como para que el público lo pueda procesar mejor y tenga algún tipo de consecuencia en la narrativa y los personajes.

¿Y qué hay del trabajo de Wan? En ese sentido, “El títere” es interesante porque incluye algunos de los recursos que serían mejor usados por el australiano cineasta en otros filmes, como una imagen casi completamente desaturada (a excepción de cuando utiliza objetos de color rojo intenso), transiciones muy estilizadas (la mayoría bastante impresionantes) y planos largos. Pero a la vez, se nota que Wan dirigió “El títere” poco después de “Saw”, ya que también hace uso de varios recursos típicos de aquella franquicia, como flashbacks breves, y un giro final que es explicado con referencias a escenas anteriores. “El títere” es, pues, como una mezcla del James Wan de “Saw” y el James Wan de “El conjuro”, tanto así que resulta en una experiencia irregular, que parece estar intentando existir en dos mundos diferentes.

Lo más problemático de “El títere”, en todo caso, es que no es particularmente escalofriante. Se notan los intentos por parte de Wan de asustar al espectador, pero no están igual de bien pulidos que en sus filmes posteriores. La película no maneja muy bien la anticipación o el suspenso, y aunque cuenta con varios saltos y ruidos repentinos efectivos, no son suficientes como para convertir a “El títere” en un gran ejemplar del género. Es así que la película termina sintiéndose como un experimento de terror que no carece de elementos de interés (como una dirección de fotografía estilizada y atractiva, de parte del experimentado John R. Leonetti), pero que al final del día, se queda a medio camino. “El títere” no es un desastre, pero sí de las propuestas menos redondas del talentoso Wan.

NOTA: “El títere” se irá de Netflix el 15 de abril de 2025.

Crítica de Sebastián Zavala Kahn

Comunicador audiovisual y crítico de cine. Bachiller en Comunicación Audiovisual por la PUCP; Maestría en Artes de MetFilm School en Londres; miembro de la APRECI —Asociación de Prensa Cinematográfica—, y la OFCS – Online Film Critics Society, y crítico oficial de Rottentomatoes.com. Integra el staff de las webs de Nintendo Pe, Cinencuentro y Ventana Indiscreta. Maneja el blog de cine SebaZavaReviews desde el 2012. Cofundador de NoEsEnSerie.com y FotografíaCalato.com, y coautor del libro Videogames You Will Never Play, del colectivo Unseen64.

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