No es ningún secreto —para quienes me conozcan desde hace algún tiempo— que Guy Ritchie es uno de mis cineastas favoritos. Desde sus inicios, con “Lock, Stock and Two Smoking Barrels”, y por supuesto, la obra maestra que es “Snatch”, hasta propuestas que prácticamente solo me gustaron a mí, como “Rey Arturo: Leyenda de la Espada”, Ritchie ha logrado demostrar que es un maestro de la acción y el diálogo de ritmo rápido, utilizando historias —que muchas veces se parecen entre sí— para entregarnos experiencias innegablemente entretenidas, y en algunos casos, hasta ligeramente controvertidas. No siempre “la chunta”, por así decirlo, pero cuando hace una buena película, hace una buena película.
El caso de “Despertar de la furia” es algo diferente, sin embargo. Lo que ha hecho con este remake de una película francesa llamada “Cash Truck”, es mantener su estilo propio, pero para utilizarlo en un contexto bastante serio y sobrio. Sí, todavía tenemos a personajes con apodos absurdos y una que otra línea de diálogo graciosa en “Despertar de la furia”, pero en términos generales, se trata de un filme bastante más brutal y “directo al grano” de lo que nos tiene acostumbrados Ritchie. Es así, pues, que el producto final se convierte en una película sanguinaria y violenta, muy enfocada en el plan de venganza de su protagonista.
El siempre inmutable Jason Statham interpreta a H, una suerte de lord del crimen que, luego de ser testigo del asesinato de su hijo y terminar gravemente herido, despierta en un hospital, listo para cobrar venganza. Es así que se infiltra en una compañía de seguridad, empecinado en encontrar a la persona que acabó con su hijo —después de todo, el chico murió porque fue testigo del asalto a uno de los camiones de dinero de dicha compañía. Manteniendo su verdadera identidad en secreto, H se hace amigo de su superior, Bullet (Holt McCallany, a quien seguro vieron en la extraordinaria “Mindhunter”, en Netflix), y tiene una relación algo complicada con el intempestivo Boy Sweat (Josh Hartnett) y la aguerrida Dana (Niamh Algar, de “Censor”).
H no ha llegado para conseguir amigos, sin embargo. Poco a poco, va aprendiendo como las cosas funcionan en la empresa, dedicándose a proteger los camiones de dinero que van surcando la ciudad, convirtiéndose, incluso, en una suerte de héroe, cuando logra acabar con un grupo de maleantes que tratan de asaltarlos a plena luz del día. Pero mientras más va descubriendo sobre el día de la muerte de su hijo, más se van acercando los verdaderos culpables de aquella tragedia: un grupo de ex-soldados que ahora se dedican a cometer crímenes, lo más cercano que tienen a ser parte de una misión militar. Como se deben imaginar, H se encontrará eventualmente con sus contrincantes, lo cual resultará en un enfrentamiento previsiblemente sangriento.
A pesar de que “Despertar de la furia” maneja un tono bastante más serio y hasta trágico que la película promedio de Ritchie, el director británico igual se divierte (ligeramente) con la historia que está contando, poniendo en evidencia algunas de sus idiosincracias (que convirtieron a sus filmes anteriores en experiencias memorables). La película esta dividida en cuatro capítulos con títulos largos y floridos, por ejemplo, y la narrativa se lleva a cabo en desorden cronológico, comenzando con el día de la muerte de Dougie (el hijo de H), para luego adelantarse varios meses, regresar al pasado con flashbacks, y hasta cambiar de perspectiva en cierto momento para contarnos la historia de trasfondo de los militares. Por momentos puede llegar a sentirse algo confuso o disperso, pero Ritchie hace un buen trabajo manteniendo interesado al espectador, ocultándole cierta información al inicio, para poder revelarla después con un mayor impacto.
Lo cual no quiere decir que “Despertar de la furia” sea una obra maestra narrativa, claro está. Un giro final en particular no funciona muy bien que digamos, y el enfrentamiento final, aunque suficientemente violento y tenso, se siente demasiado previsible —no hay nada en las escenas previas de la película que no indicase que las cosas fuesen a terminar así, por lo que para cuando Ritchie finalmente decide desarrollar el clímax de la historia, se siente más como algo obligatorio, que como algo sorprendente o siquiera emocionante. Eso sí, la manera en que trata a sus personajes secundarios es refrescantemente despiadada —simplemente sugiero que no se encariñen con nadie aparte de H.
Para variar, Statham interpreta a H como un asesino violento e increíblemente talentoso —una máquina de matar que parece ser incapaz de ser derrotado, sin importar qué tantas balas le disparen. Esto muy bien podría haberle restado tensión a las secuencias de acción, pero precisamente por la manera en que Ritchie utiliza a los demás personajes, uno termina divirtiéndose con lo eficiente que termina siendo H, y con lo mal que la pasan los demás. Aparte de Statham, resaltan Josh Hartnett como Boy Sweat (“Sudor de niño”; gran apodo), Niamh Algar como Dana, Scott Eastwood como el psicopático Jan, Holt McCallany como Bullet (extremadamente carismático), y Andy García en un rol breve y misterioso, pero importante.
“Despertar de la furia” es exactamente lo que se puede apreciar en su material publicitario —una violenta historia de venganza, protagonizada por un Jason Statham que, por momentos, se siente más como un Terminator, que como un verdadero ser humano. Es una historia bastante más parca de lo que uno esperaría de Ritchie, pero el que igual haya querido contarla en desorden, y que igual haya decidido incluir algunos toques estilísticos interesantes, ayuda a que se sienta menos tradicional o sosa. “Despertar de la furia” debería satisfacer tantos a los fanáticos de Statham como a los de Ritchie —y hasta sorprenderá a aquellos que no hayan visto a Josh Hartnett en una película Hollywoodense en años. ¿Lo mejor? Lo tendremos de regreso tanto a él como a Statham en la siguiente película de Ritchie, “Operación Fortune: Ruse de guerre”.
Crítica de Sebastián Zavala Kahn
Comunicador audiovisual y crítico de cine. Bachiller en Comunicación Audiovisual por la PUCP; Maestría en Artes de MetFilm School en Londres; miembro de la APRECI —Asociación de Prensa Cinematográfica—, y la OFCS – Online Film Critics Society, y crítico oficial de Rottentomatoes.com. Integra el staff de las webs de MasGamers, Nintendo Pe, Cinencuentro y Ventana Indiscreta. Desde enero del 2012 publica videocríticas y comentarios de cine en el blog Proyectando Ideas. Cofundador de FotografíaCalato.com, y coautor del libro Videogames You Will Never Play, del colectivo Unseen64.