Lo que inicialmente parece ser una suerte de homenaje a “El resplandor” —una familia que va a pasar la temporada baja a un resort, o en este caso, a una casa CERCA a un resort— rápidamente se convierte en algo bastante más…. raro. “Cuckoo” no es un filme de terror, necesariamente, pero sí un thriller de suspenso con elementos de ciencia ficción que me sorprende mucho no se haya estrenado en cines peruanos. Ejemplares más extraños de similar corte se han estrenado este año acá —lo cual no debería sorprender, considerando lo mucho que nuestro público AMA el terror—, por lo que “Cuckoo” definitivamente hubiera podido encontrar un sitio en la cartelera local. Espero, no más, que le llegue a ir bien en el mundo del “streaming”.
Lo cual, curiosamente, no quiere decir que recomiende esta película al cien por ciento. Me gusta mucho su premisa, algunos elementos narrativos y, en general, el tono tan particular que maneja. Pero el director-guionista Tilman Singer parece no haber estado muy seguro de cómo terminar su historia, lo cual resulta en un filme que comienza mucho mejor de lo que termina. Le suman a eso escenas de explicación que no terminan de cuajar —y que en vez de aclarar las cosas, generan más confusión—, y “Cuckoo” se torna rápidamente en una experiencia tensa y peturbadora, pero también confusa y hasta frustrante. Felizmente que tenemos a Hunter Schafer (“Euphoria”, “Tipos de gentileza”) y Dan Stevens (“Downton Abbey”, “Godzilla y Kong: nuevo Imperio”) dando actuaciones tan buenas.
Al comenzar la película, vemos a la adolescente Gretchen (Schafer) llegando a un resort en los Alpes junto a su padre, Luis (Marton “Poggle the Lesser” Csókas), su madrastra, Beth (Jessica Henwick, una de mis actrices favoritas, algo desperdiciada acá) y su hermanastra muda, Alma (Mila Lieu). Resulta que se están mudando a una casa cercana, para que Luis pueda ayudar a su amigo, el dueño del resort, Herr Konig (Stevens) a construir un nuevo hotel. Mientras tanto, Gretchen comienza a trabajar en la recepción del ya mencionado resort, mientras lidia con la relativamente reciente muerte de su madre, a quien todavía le manda mensajes de teléfono que quedan guardados en la grabadora.
Inicialmente, Gretchen simplemente parece estar pasándola mal por el tema de su madre, y porque es una adolescente que, bueno, no deja de “adolescer”. Pero poco a poco, vemos como van pasando cosas raras en el resort y sus alrededores. Una huésped parece ser incapaz de dejar de vomitar en todas partes, Konig se comporta rarísimo, y nuestra protagonista comienza a tener la sensación de que está siendo perseguida… por alguien. Evidentemente su familia no le cree, pero eventualmente Gretchen consigue la ayuda de un oficial de policía llamado Henry (Jan Bluthardt), quien le da a entender que cosas siniestras han estado pasando en este lugar ya por un buen tiempo.
La primera hora de “Cuckoo” es la mejor. Es ahí donde el filme se desarrolla como un misterio con potencial, en el que el espectador tiene siempre la misma información que Gretchen, percibiendo los suceso raros exclusivamente desde su perspectiva. Por ende, resulta fascinante ir descubriendo qué es lo que está pasando, tratando de entender qué es lo que Konig quiere exactamente. Es aquí, además, donde vemos por primera vez un suceso que termina repitiéndose varias veces posteriormente —un mini bucle temporal que es causado por un ruido raro, y que obliga a Gretchen a ver el tiempo repetido por un par de minutos. La forma en que esto es representado, además, con un fondo borroso y tembloroso, ayuda a enfatizar la sensación de confusión y hasta dolor que Gretchen debe estar sintiendo.
En términos generales, “Cuckoo” termina siendo un experiencia suficientemente tensa, que sin llegar a abusar de los ruidos fuertes o apariciones repentinas, logra desarrollar una atmósfera de pavor palpable. El resort se convierte en un lugar misterioso, que por alguna razón queda vacío a partir de las diez de la noche, y que parece estar escondiendo bastantes secretos. Y ciertos personajes secundarios ayudan a que uno perciba la sensación de aislamiento que Gretchen debe estar sintiendo. A ella le dicen muchas veces que está fuera de lugar en ese resort —que a diferencia de su familia, no debería estar ahí. Y poco a poco, uno va dándose cuenta de por qué se lo dicen, lo cual convierte a los primeros dos tercios de la película en una experiencia llena de suspenso, pero no estereotípciamente terrorífica.
Lamentablemente, todo esto se va un poco al tacho durante los últimos cuarenta y cinco minutos de metraje. No pienso incluir “spoilers”, así que solo diré que cuando la película decide comenzar a explicarlo todo, es que la historia y el contexto en el que se lleva a cabo empiezan a sentirse inverosímiles. Es curioso; “Cuckoo” cuenta con varias escenas de exposición, en las que los personajes tratan de explicarnos el concepto central de filme y el misterio que Gretchen ha estado tratando de descubrir. Pero en vez de aclarar las cosas, estos momentos no hacen más que crear confusión —es demasiada exposición para tan poca claridad. Es casi como si Singer no hubiese querido ser ni totalmente claro ni totalmente sutil, y por ende, eligió un intermedio que simplemente no termina de funcionar.
Lo cual es una pena, porque como se ha dicho ya, los primeros dos tercios de “Cuckoo” son geniales, y no hacen más que resaltar la atmósfera creada por Singer, así como las buenas actuaciones de este talentoso reparto. De hecho, nadie aquí da malas actuaciones. Como Gretchen, Hunter Schafer logra otorgarnos una interpretación verosímil y humana, desarrollando a la chica como una adolescente que está pasando por un periodo de duelo, y que no se siente para nada identificada con su padre. Dan Stevens, por su parte, parece estar pasándola súper bien como Konig, un personaje inicialmente ambiguo pero de carácter excéntrico. Por otro lado, Marton Csokas, siempre encasillado como villano, aparece acá más bien interpretando a un padre preocupado, que sin embargo no se da cuenta que está alejando mucho a su hija mayor. Y aunque de Jessica Henwick jamás me quejaré, debo decir que acá tiene muy poco qué hacer. Siempre preferiré que aparezca a que no salga, pero ciertamente me hubiese gustado que le den un papel más interesante.
No quiero sonar demasiado negativo, porque a pesar de los defectos ya mencionados, “Cuckoo” no deja de ser una película interesante. Está llena de ideas, y utiliza bien sus influencias para desarrollar una experiencia bastante alocada e imprevisible, que sin embargo termina abusando de las explicaciones hechas a medias, y de un final innecesariamente extenso. Nuevamente: comienza mejor de lo que termina, pero el comienzo es tan intrigante y las actuaciones son tan buenas, que uno puede terminar perdonándole mucho de lo que hace hacia el final. Y bueno, no puedo dejar de enfatizar que me parece rarísimo que ninguna distribuidora se haya animado a estrenar “Cuckoo” en el Perú. Puede que no sea una película perfecta, pero gracias a sus considerables bondades técnicas y narrativas, creo que igual hubiera podido encontrar a su público en nuestro país.
Nota: Vi este film gracias a un “screener” cortesía de NEON.
Crítica de Sebastián Zavala Kahn
Comunicador audiovisual y crítico de cine. Bachiller en Comunicación Audiovisual por la PUCP; Maestría en Artes de MetFilm School en Londres; miembro de la APRECI —Asociación de Prensa Cinematográfica—, y la OFCS – Online Film Critics Society, y crítico oficial de Rottentomatoes.com. Integra el staff de las webs de Nintendo Pe, Cinencuentro y Ventana Indiscreta. Maneja el blog de cine Proyectando Ideas desde el 2012. Cofundador de NoEsEnSerie.com y FotografíaCalato.com, y coautor del libro Videogames You Will Never Play, del colectivo Unseen64.