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CRÍTICA: Cómo entrenar a tu dragón (2025) – lo mismo, pero diferente, pero igual

CRÍTICA: Cómo entrenar a tu dragón (2025) – lo mismo, pero diferente, pero igual

Sebastian Zavala Kahn

Crítico de cine

Definitivamente ya es hora de aceptar que los remakes en acción en vivo han llegado para quedarse. Al menos hasta que la mayoría deje de generar ingresos para sus productoras. Después de todo, por cada fracaso como “Blancanieves”, tenemos un tremendo éxito como la reciente Lilo y Stitch”. Por ende, dándose cuenta de lo mucho que se podría ganar con pura nostalgia y algo de respeto al material original, la gente de Dreamworks se animó a sacar su primer remake con “Cómo entrenar a tu dragón”, dirigido por uno de los encargados de la versión animada original del 2010, pero ahora, lógicamente, protagonizado por actores de carne y hueso.

Y honestamente, considerando lo nefastas que se pueden llegar a ser estas producciones, “Cómo entrenar a tu dragón” no está mal. De hecho, por momentos hasta llega a recuperar un poco de la magia del filme original. ¿Llega, entonces, a justificar del todo su existencia? No realmente. Si disfrutaron de la película anterior —de la trilogía entera, de hecho—, la pasarán bien con esta nueva cinta, y disfrutarán de básicamente la misma historia. Pero nuevamente, considerando que no podemos hacer nada —al parecer— para que dejen de sacar estos remakes, “Cómo entrenar a tu dragón” no termina siendo ofensiva ni nada por el estilo. De hecho, es increíblemente fiel a su fuente de inspiración, lo cual será muy bueno para la gran mayoría de fanáticos de la saga.

Seguro que muchos ya conocen la premisa de “Cómo entrenar a tu dragón”, pero para quienes sepan poco o nada de la franquicia, acá la resumo. Hipo (Mason Thames) es un adolescente que vive en una versión fantástica de una aldea vikinga en una isla. Él es flaco y débil y de mente académica, mientras que su padre, el jefe Estoico (Gerard “Gerardo” Butler, el único miembro del reparto original que regresa para este remake) es un tipo agresivo, enfocado en la fuerza física y bruta. La cultura de estos vikingos gira alrededor de los dragones, criaturas feroces y poderosas que los atacan de cuando en cuando, robando sus ovejas y quemando sus cosas.

Evidentemente, a Estoico le encantaría que Hipo se convirtiera en un gran guerrero y cazadragones, pero eso es algo muy poco probable. No obstante, cuando el Jefe se va con un grupo de vikingos en busca del nido de los dragones, nuestro protagonista comienza a entrenar junto a Gobber (Nick Frost) y un grupo de chicos para convertirse en el siguiente Campeón de la isla. Es así que comienza a interactuar con los mellizos problemáticos Ruffnut (Bronwyn James) y Tuffnut (Harry Trevaldwyn, igualito a Mateo Garrido Lecca); el proto-bully Snowlout (Gabriel Howell); el nerd de los dragones Fishlegs (Julian Dennison, de “Deadpool 2”), y más importante, la valiente, aguerrida y poco paciente Astrid (Nico Parker, hija de Thandiwe Newton).

Pero si han visto la película original, sabrán que el corazón de “Cómo entrenar a tu dragón” está en la relación entre Hipo y Chimuelo, una Furia Nocturna; un tipo de dragón capaz de esconderse entre las sombras y lanzar bolas moradas de fuego. Y esto no cambia en el remake. Mientras nuestro protagonista entrena con sus compañeros en el día, es en las tardes que va a un claro en el bosque para congeniar con Chimuelo, eventualmente ayudándolo a volar luego de sufrir un accidente (causado por el mismo Hipo, pero bueno). Lamentablemente, una vez que Estoico y los demás se enteran de lo que está haciendo (¡congeniando con el enemigo, oh no!), las cosas se tornan particularmente complicadas.

Seguro ya se dieron cuenta, pero no hay nada en esta nueva versión de “Cómo entrenar a tu dragón” que no hayamos visto en el filme anterior. Bueno, eso no es del todo cierto. El remake, por ejemplo, ahonda un poquito más en la relación entre Hipo y Astrid, y también incluye un subtrama microscópica entre Snotlout y su padre, Spitelout (un irreconocible y desperdiciado Peter Serafinowicz), quien parece no estar muy interesado en su hijo. Esto resulta en un filme un poco más largo que su predecesor, pero no menos enérgico. No obstante, en términos generales, lo que tenemos acá es un remake extremadamente fiel a la historia original, tanto así que hasta por momentos recrea planos de la cinta animada, sintiéndose como algo muy similar al remake plano por plano de “Psicosis” de Gus Van Sant.

Evidentemente, esto es algo que satisfará a la mayoría de fans. Después de todo, los seguidores de sagas como estas no disfrutan mucho del cambio, y van a ver este tipo de remakes para encontrarse con algo familiar, que quizás expande algunas ideas o conceptos presentados años antes, pero que en términos generales no cambia nada significativo. Si “Cómo entrenar a tu dragón” funciona, es porque la historia original funciona; si logra generar respuestas emocionales en el espectador, es porque el filme original de hace quince años es altamente emotivo, y este hace exactamente lo mismo, solo que con actores de carne y hueso.

Y hablando de ellos, hay que admitir que el director de casting se lució con “Cómo entrenar a tu dragón”. Mason Thames es el Hipo perfecto; muy similar a la versión animada con voz de Jay Baruchel, pero creíble como una persona real, insegura, imperfecta, y siempre en busca de la aprobación de su padre. Como Estoico, el gran Gerard Butler (uno de mis actores favoritos que sin embargo cuenta con una filmografía de dudosa o al menos irregular calidad) obviamente hace un excelente trabajo; el paso de la animación al mundo real con el mismo actor no pudo ser más fluido. Nick Frost da una actuación sorprendentemente sobria como Gobber, y Nico Parker (a quien vimos brevemente en “The Last of Us”) brilla como Astrid, interpretándola como una chica ruda con un corazón sorprendentemente blando.

Visualmente, “Cómo entrenar a tu dragón” hace un buen trabajo replicando lo que se desarrolló por primera vez hace quince años. El diseño de los dragones es superlativo, y Chimuelo en particular luce, se comporta y tiene el mismo encanto y personalidad (con características de perro, gato y hasta murciélago) que la versión original. Además, luce muy realista, especialmente cuando interactúa con Hipo. Y aunque obviamente la cinta animada es más colorida y visualmente dinámica, tampoco es que este remake se vea mal, haciendo que la isla de los vikingos luzca suficientemente realista, y aprovechando al máximo las texturas y diseños del vestuario de sus personajes (la capa de lana de Estoico se ve particularmente cómoda y cálida).

Si les gusta la película animada de “Cómo entrenar a tu dragón”, les gustará este remake. Es así de simple. Es la misma historia, solo que ligeramente más larga, con efectos visuales de corte más realista, y gente real en vez de personajes animados. Los giros narrativos son los mismos, las caracterizaciones son las mismas, y los momentos emotivos son igual de emocionantes. “Cómo entrenar a tu dragón” funciona porque el filme original funciona, y porque cuenta con la participación del director-guionista Dean DeBlois, quien quería asegurarse de que este remake fuese a respetar a su creación original. ¿Llega justificar la película su existencia? Pues no. Pero igual existe, y ha sido hecha de la forma más respetuosa y cuidadosa posible. En pocas palabras: es la mejor versión de este producto que podríamos haber obtenido.

Crítica de Sebastián Zavala Kahn

Comunicador audiovisual y crítico de cine. Bachiller en Comunicación Audiovisual por la PUCP; Maestría en Artes de MetFilm School en Londres; miembro de la APRECI —Asociación de Prensa Cinematográfica—, y la OFCS – Online Film Critics Society, y crítico oficial de Rottentomatoes.com. Integra el staff de las webs de Nintendo Pe, Cinencuentro y Ventana Indiscreta. Maneja el blog de cine SebaZavaReviews desde el 2012. Cofundador de NoEsEnSerie.com y FotografíaCalato.com, y coautor del libro Videogames You Will Never Play, del colectivo Unseen64.

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