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CRÍTICA: Boda Sangrienta (Disney Plus) – los peores suegros

CRÍTICA: Boda Sangrienta (Disney Plus) – los peores suegros

Sebastian Zavala Kahn

Crítico de cine

Me la perdí cuando salió originalmente en el 2019, pero ahora que está disponible en Disney Plus, por fin me animé a darle una oportunidad a “Boda Sangrienta”. Después de todo, mucho ha sucedido desde aquella época —incluyendo aquellos dos oscuros años de los que muchos seguramente se quieren olvidar, y por supuesto, el crecimiento exponencial de la carrera de la australiana Samara Weaving, quien ha salido en filmes de todo tipo, desde “Babylon”, de Damien Chazelle, hasta hasta thrillers apocalípticos como “Azrael”, o la reciente comedia de terror independiente “Borderline”. De hecho, se puede argumentar que se ha convertido en una scream queen moderna, siempre dispuesta a salir en filmes de suspenso, terror, sangre y bastante sufrimiento.

Eso comenzó, sin embargo, con su papel protagónico en “Boda Sangrienta”, de los chicos de Radio Silence, Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett. Lo que tenemos acá es un buen thriller absurdo, sangriento y suficientemente intenso, que se concentra en la historia de supervivencia de Grace (Weaving), quien tiene que pasar por una serie de terribles eventos luego de su boda con Alex (Mark O’Brien). Se trata de un filme que (no muy) sutilmente critica a los millonarios, tratándolos como bufones con tradiciones extrañas y poca moral, y que nos pide empaticemos con una chica común y corriente que se ha visto involucrada en una situación extrañísima. Súmenle a eso la sangre por montones, las muertes curiosas y algo de comedia negra, y “Boda Sangrienta” se convierte en una experiencia muy entretenida.

Al comenzar la película, inmediatamente vemos que Grace está a punto de casarse. Y queda claro, también, que está a punto de sumarse a una familia acaudalada, tradicional y bastante cerrada. El patriarca, Tony (Henry “Kittridge” Czerny) no está muy de acuerdo con que su hijo se vaya a casar con una forastera; su esposa, Becky (Andy MacDowell, a quien da gusto ver después de un buen tiempo), más bien, empatiza con la chica. Por otro lado, también tenemos al hermano de Alex, Daniel (Adam Brody), un alcohólico que está un poco harto de las excentricidades de su familia; a su esposa, Charity (Elyse Levesque), una psicópata de esas; a la Tía Helene (Nicky Guadagni), una mujer excéntrica y obsesionada con la tradición; a Fitch (Kristian Bruun), quien se ve muy fuera de lugar, y finalmente, a su esposa, Emilie (Melanie Scrofano), quien parece ser adicta a las drogas.

Resulta que, cada vez que un nuevo miembro llega a la familia, tienen que sentarse a jugar un juego de mesa con los demás a la media noche, una tradición que se originó cuando el tatarabuelo de Tony consiguió su fortuna desarrollando juegos, luego de hacerse amigo de un señor llamado Le Bail, y bueno… venderle su alma luego de hacer un pacto con el Diablo. Es debido a dicho pacto que, si el nuevo miembro de la familia escoge una carta en particular de una caja que le pertenecía a Le Bail, tiene que jugar a Las Escondidas con los demás. ¿El problema? Los perseguidores cargan armas de fuego, y tienen que atrapar al perseguido (en este caso, Grace) para sacrificarla en nombre de Le Bail y Lucifer para así no morir al alba.

Lo que comienza como algo bastante sobrio, entonces, demuestra ser bastante más alocado, con toques sobrenaturales y ciertamente absurdos. “Boda Sangrienta” maneja un tono que combina lo ridículo con lo tenso, en donde Grace se toma absolutamente en serio todo lo que está pasando —principalmente porque ella es la víctima en esta situación—, y la familia —especialmente Tony— son presentados como unos idiotas bastante inútiles, crédulos y violentos. Emilie, por ejemplo, parece ser incapaz de usar bien las armas que le dan, por lo que termina matando a gente de casualidad, frustrada por que todo lo que le sale mal.

Claramente, “Boda Sangrienta” no simpatiza mucho con los ricos, presentándonos a una familia muy acaudalada que logró hacer su fortuna no con esfuerzo, si no más bien porque habían hecho un pacto sobrenatural. El hecho, por supuesto, de que además sean capaces de asesinar y realizar sacrificios en nombre del Diablo deja muy en claro que son los villanos de la historia, completamente egoístas y poco perspicaces. No obstante, la cinta sí logra incluir un par de giros narrativos y de desarrollo de personaje interesantes, especialmente respecto a dos de los miembros de la familia. Aquellos personajes demuestran no ser lo que uno inicialmente hubiese pensado, lo cual trae consigo consecuencias graves hacia el final de la historia.

Sin embargo, quien brilla más en esta cuestión, previsiblemente, es Samara Weaving. La versátil actriz interpreta a Grace como una mujer normal que reacciona de forma realista a la situación tan surrealista en la que se ha involucrado, dándose cuenta de que se ha integrado a una familia de psicópatas, por más de que su (ahora) esposo trate de convencerla de que él, por lo menos, no es malo. Grace es un personaje que muy fácilmente hubiera podido resultar plano, pero Weaving lo interpreta con convicción, otorgándole mucha fuerza, especialmente cuando tiene que pasar por situaciones bastante terribles (digamos que una de sus manos, al menos, termina en muy mal estado). El filme funciona gracias a su premisa deliciosamente sádica, pero también al fantástico trabajo de Samara Weaving.

Fuera de ella, también resaltan Adam Brody como Daniel, quien va oscilando entre estar de acuerdo con el juego y querer zafarse de todo, y Henry Czerny como Tony, quien convierte al patriarca de la familia en una figura desesperada, siempre al borde de tener una explosión emocional. Melanie Scrofano, por su parte, es quien le otorga una cuota de comedia a la película que, sin ser necesariamente hilarante, al menos logra incluir algunos momentos de respiro entre tanta secuencia de persecución, supervivencia y violencia. Porque en términos generales, “Boda Sangrienta” es una experiencia intensa; obviamente sabemos que lo más probable es que Grace no vaya a morir, pero el filme igual le saca la mugre, haciéndola pasar por situaciones dolorosas, complicadas y enredadas.

No diría que “Boda Sangrienta” es una película de terror, necesariamente, pero sí un buen thriller con toques de comedia negra y sátira. Maneja una buena dosis de suspenso, es ocasionalmente sangriento (solo cuando tiene que serlo), y se ve beneficiado por la excelente actuación central de Samara Weaving. Además, aprovecha muy bien la premisa de una familia rica obsesionada con una tradición mortal; tanto así, de hecho, que me da mucha curiosidad ver lo que terminarán haciendo con la ya anunciada secuela. “Boda Sangrienta” no es perfecta, y seguramente la mezcla de comedia y suspenso no será para todo el mundo, pero para Vuestro Servidor, terminó siendo una experiencia muy divertida que me tuvo al borde de mi asiento la mayor parte del tiempo, ansioso por ver lo que pasaría con su protagonista. Espero que la segunda parte logre, por lo menos, igualar a lo que se hizo con este primera.

Crítica de Sebastián Zavala Kahn

Comunicador audiovisual y crítico de cine. Bachiller en Comunicación Audiovisual por la PUCP; Maestría en Artes de MetFilm School en Londres; miembro de la APRECI —Asociación de Prensa Cinematográfica—, y la OFCS – Online Film Critics Society, y crítico oficial de Rottentomatoes.com. Integra el staff de las webs de Nintendo Pe, Cinencuentro y Ventana Indiscreta. Maneja el blog de cine SebaZavaReviews desde el 2012. Cofundador de NoEsEnSerie.com y FotografíaCalato.com, y coautor del libro Videogames You Will Never Play, del colectivo Unseen64.

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