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CRÍTICA: Avenida Larco, la película – de lo mejor de Tondero

CRÍTICA: Avenida Larco, la película – de lo mejor de Tondero

Sebastian Zavala Kahn

Crítico de cine

La respuesta que ha generado Av Larco: La Película, tanto por parte del público como la crítica especializada, no puede haber sido más variada. En pocas palabras, las opiniones están divididas: hay quienes han disfrutado de este nuevo musical de Tondero, cantando con las canciones de rock clásico peruano, mientras que otros consideran que se trata de un producto deficiente, casi ofensivo, racista y homofóbico.

Como suele suceder en este tipo de casos, ninguno de estos extremos me parece válido; la película no es un éxito total, pero tampoco es un desastre absoluto. Competentemente filmada, bien actuada, y ligera, Av Larco es un musical desigual, lleno de secuencias musicales memorables, pero también de escenas que parecen haber sido sacadas más de un videoclip, que de un largometraje de ficción. 

Av Larco está basada en una exitosa obra de teatro musical (la cual, desafortunadamente, no tuve la oportunidad de ver cuando fue montada). Cuenta la historia de cuatro jóvenes amigos, provenientes de familias adineradas, que tienen como objetivo dedicarse a la música a pesar de estar viviendo tiempos difíciles, tanto política como socialmente. Su banda se llama “Astalculo” (porque obviamente), y se están preparando para un concurso de bandas local.

Cada protagonista tiene su propio conflicto. El vocalista de la banda, Andrés (Juan Carlos Rey de Castro, quien me recordó mucho a Lucas Black en Rápidos y Furiosos: Reto Tokio) no se lleva bien con su padre (Javier Valdés), un general de la policía que no cree ni en el rock, ni en la rebeldía. Javier (Nicolás “clon de Josh Hutcherson” Galindo) tiene una relación secreta con Pedro (André Silva), un rockero de El Agustino, y Micky (Andrés Salas) sueña con reencontrarse con su amor de la infancia.

Mucho se ha dicho sobre el foco del guión de Av Larco; que, al centrarse en chicos limeños y mayoritariamente blancos, se trata de una perspectiva cerrada y reprochable, que la época del terrorismo de los 80s debería ser retratada de manera más realista, o que lo peor de aquella situación no sucedió en las grandes ciudades. Y aunque mucho de eso es cierto, uno tiene que recordar que Av Larco es un musical relativamente ligero: su objetivo no es desarrollar el contexto de la guerra interna de manera brutal y perturbadora. Lo que el filme hace es, más bien, utilizar esta época para contarnos la manera en que vivían los adolescentes limeños; la manera en que esta situación tan terrible les afectaba a pesar de no estar viviéndola tan de cerca, y por supuesto, hacer todo esto a través de la música.

Porque Av Larco, a pesar de presentar momentos bastante dramáticos, no es un drama desgarrador ni mucho menos. El objetivo de la cinta es entretener, y en general lo logra. Y tampoco es que no se estrenen películas más significativas sobre el tema en nuestro país: el año pasado tuvimos producciones como La Última Noticia o La Hora Azul, y ahora se encuentra en cartelera La Última Tarde, la cual tiene un acercamiento muy particular hacia el tema de la guerra interna de los 80s. Perspectivas no nos faltan, y esta es solo una más.

En todo caso, si Av Larco no llega a convencer del todo, es porque no se trata de un musical completamente cuajado. Países como Estados Unidos han logrado perfeccionar el género a lo largo de los años, y se nota a leguas que a nosotros todavía nos falta mucho para llegar a producir algo como La La Land o Moulin Rouge. Los números musicales en Av Larco que mejor funcionan son los que tienen que ver más con la trama o el desarrollo de los personajes (consideren el enfrentamiento a través del canto entre los muchachos y sus padres, cada uno en su casa), o los que son protagonizados por artistas de gran voz (¡el gran Julio Pérez!)

No obstante, Av Larco tiene demasiadas escenas de canto y baile que parecen más de un videoclip que de un musical, en las que los actores interactúan con la cámara, o parecen estar posando para ella continuamente. Bailarinas aparecen de la nada (literalmente), y se rompe un poco el contexto de la historia para presentar algo vistoso (e innegablemente bien hecho), pero a fin de cuentas, innecesariamente elaborado. Por más fallas que pueda tener, Av Larco me hizo extrañar la simpleza de algunos de los números musicales de La La Land.

Es cierto que los personajes femeninos, en general, no tienen mucho qué hacer (definitivamente hubiesen podido ser mejor desarrollados), pero tampoco son tratados como pedazos de carne. Y la relación homosexual de unos de los protagonistas es tratada con tacto; sí, uno de sus amigos reacciona pésimamente cuando se entera por primera vez de su orientación sexual (recordemos que la historia se desarrolla hace más de treinta años), pero eventualmente todos se dan cuenta de que es algo normal, y la pareja es aceptada. Ciertamente, es una reacción mucho más progresista de la que tiene mucha gente en el Perú hoy en día.

Av Larco es la mejor película comercial que ha estrenado Tondero hasta el momento (lo cual, debo admitir, no es decir mucho, considerando filmes como A los 40 o Guerrero). Es entretenida, no es demasiado larga, es cumplidora a nivel técnico, no introduce product placement de manera demasiado descarada (¡viva calzoncillos Boston!), tiene algo qué decir sobre el contexto en el que se desarrolla (consideren las acciones de nuestros protagonistas durante el tercer acto), e incluso tuvo las agallas de concluir de manera imprevisible y emotiva. No se trata de un gran musical, pero a pesar de sus múltiples deficiencias, no es una oportunidad perdida. Ciertamente se trata de una mejora en comparación a Locos de amor.

Crítica de Sebastián Zavala Kahn

Comunicador audiovisual y crítico de cine. Bachiller en Comunicación Audiovisual por la PUCP; Maestría en Artes de MetFilm School en Londres; miembro de la APRECI —Asociación de Prensa Cinematográfica—, y la OFCS – Online Film Critics Society, y crítico oficial de Rottentomatoes.com. Integra el staff de las webs de Nintendo Pe, Cinencuentro y Ventana Indiscreta. Maneja el blog de cine SebaZavaReviews desde el 2012. Cofundador de NoEsEnSerie.com y FotografíaCalato.com, y coautor del libro Videogames You Will Never Play, del colectivo Unseen64.