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CRÍTICA: Aquí – Robert Zemeckis nos invita a reflexionar sobre la vida

CRÍTICA: Aquí – Robert Zemeckis nos invita a reflexionar sobre la vida

Sebastián Zavala Kahn
Sebastián Zavala Kahn

Crítico de cine

“Aquí” se siente como el tipo de película que solo podría ser realizada por un dúo de director y guionista que haya pasado ya por ciertas experiencias de vida. Es un filme, pues, que mucho nos dice sobre la vida y la muerte; sobre nacimientos y fallecimientos y errores y dudas y deudas y arrepentimientos. “Aquí” es una cinta sobre la vida misma en el más puro sentido de la palabra, centrándose en personajes absolutamente comunes y corrientes, todos ocupando el mismo espacio en diferentes momentos de la historia humana. En ese sentido, la película pretende sentirse como una experiencia universal, y aunque no creo que sea absolutamente exitosa, definitivamente es mejor que lo que la mayoría de críticos estadounidenses me habían dado a entender.

Ahora bien, vale la pena destacar que “Aquí” cuenta con una estilo bastante particular, que seguramente no será del gusto de todos los espectadores. Basada en una novela gráfica que fue presentada bajo el mismo estilo, el filme cuenta con un solo tiro (o ángulo) de cámara, y por ende, con una sola locación. La idea, pues, es que se nos presentan diferentes eventos a lo largo de varios años, y todos se desarrollan en el mismo terreno. Dicho espacio lo vemos desde la época de los dinosaurios (aunque brevemente), pero principalmente, durante la época precolombina, en el siglo dieciocho, el siglo diecinueve, los años cuarenta, los años cincuenta, los años ochenta, los dosmiles, y finalmente, en épocas contemporáneas, cerca a la pandemia por el Covid-19.

Todo esto significa que la cámara en “Aquí” nunca se mueve (bueno, recién se mueve durante sus últimos cinco minutos, valgan verdades). Todo es presentado desde el mismo ángulo, enfocando el mismo espacio, principalmente cuando este es ocupado por un casa. Por ende, “Aquí” se termina centrando en la SALA de la misma, y en todo lo que ocurre en ella: llegadas y partidas, besos, peleas, matrimonios, muertes súbitas, almuerzos, cenas, fiestas, bailes, y mucho más. Es un concepto ambicioso, que abarca muchísimos años, como se ha establecido ya, y que le permite al director Robert Zemeckis crear diferentes paralelismos entre diferentes generaciones de personas. Nos muestra, pues, como las cosas van cambiando lo largo de los años, pero también como se pueden ir encontrando similitudes entre estos protagonistas de distintas épocas.

Y es por todo eso que regreso a lo mencionado líneas arriba: solo un director que ya tenga varias experiencias de vida podría haber desarrollado una película como esta. De hecho, me animaría a decir que un público más joven, por ejemplo, no encontrará mucho con qué conectar acá, ya que no ha pasado por muchos de los eventos importantes que tienen que enfrentar estos personajes. Pero quienes vayan visto a sus padres o abuelos morir; quienes se hayan peleado o divorciado; quienes hayan pasado por primeros amores o desamores, o quienes hayan tenido que cuidar de otros en circunstancias complicadas, encontrarán mucho acá que les resultará familiar. En ese sentido, “Aquí” cumple con su cometido, presentándonos situaciones y personajes muy similares a lo que uno puede encontrar en su propia vida.

Ahora bien, puede que “Aquí” se centre en varias épocas y personajes, pero igual logra contar con protagonistas bastante bien establecidos. Estos son la pareja de Richard (Tom Hanks) y Margaret (Robin Wright), quienes crecen en la casa ya mencionada, la cual fue comprada por el padre de él, el veterano de la Segunda Guerra Mundial Al (Paul Bettany) y su esposa, Rose (Kelly Reilly). Es a través de estos personajes que somos testigos de muchos de los eventos importantes de sus vidas: vemos como se desarrolla el matrimonio de Al y Rose; vemos como Margaret llega a la casa, se embaraza a los dieciocho años, y termina quedándose; vemos como Richard tiene que abandonar sus ambiciones artísticas para buscar trabajo y mantener a su familia; y vemos a todos relacionándose entre sí y con sus familiares y amigos.

Pero principalmente, es el personaje de Richard el que es utilizado para desarrollar uno de los temas que claramente le preocupan más a Zemeckis: el paso del tiempo, y cómo lo utilizamos. La película, por más de que abarque un período de tiempo largo y con un claro inicio y final, está estructurada de forma desordenada, entrelazando todas sus historias, mezclando la trama de Richard con la de sus padres, los dueños anteriores de la casa, los nativos americanos que vivieron en ese terreno siglos atrás, e incluso los futuros dueños de la vivienda que eventualmente se la comprarán a Richard. Es de esa forma que “Aquí” logra decirnos que el tiempo es relativo, casi una construcción humana; y que podemos pasar de un siglo a otro o de una década a otra en un parpadeo.

Pero regresando a Richard: el personaje de Hanks (genial, como siempre) poco a poco es desarrollado como un tipo de muchos arrepentimientos, que debido a circunstancias de la vida pero también a decisiones propias, no pudo hacer mucho de lo que quería hacer. Quizo ser pintor, pero el embarazo de Margaret lo obligó a abandonar sus sueños. Quizo una casa propia, pero siempre encontraba excusas para no comprar. Quizo viajar y conocer el mundo con su esposa, pero siempre encontraba razones para no irse del país. Richard es un hombre que le tiene miedo al cambio y a las decisiones difíciles, lo cual lo estanca y termina por frustrar a su esposa. El hecho de que la cámara en “Aquí” no se mueva y se quede siempre en el mismo lugar podría considerarse, incluso, como una representación visual (tanto positiva como negativa) del estancamiento de Richard en la vida.

Felizmente, él no es el único personaje interesante de “Aquí”. También está Margaret, una mujer que, debido a su matrimonio con Richard, también se ve obligada a abandonar sus sueños y vivir su realidad. Por otro lado, el Al de Paul Bettany es desarrollado como un hombre que sufre de estrés postraumático por la guerra, y que ahoga sus penas en el alcohol, y la Rose de Kelly Reilly es una clásica esposa abnegada de los años cincuenta, siempre dedicada a su casa y a su familia. Y de las otras historias, destacan Michelle Dockery y Gwilym Lee como una pareja de principios del siglo veinte; Nicholas Pinnock y Nikki Amuka-Bird como la nueva pareja que se muda a la casa luego de Richard y Margaret; y la pareja de los años cuarenta de David Flynn (el inventor del “Lazy-Boy”) y Ophelia Lovibond (una modelo “pinup”).

Ahora bien, fuera del ángulo de cámara que no cambia hasta el final (el cual le otorga una estética casi de obra de teatro a “Aquí”), mucho se ha dicho y escrito sobre la tecnología usada para rejuvenecer a los actores (especialmente a Hanks, Wright y Bettany). Honestamente, pensé que iba a ser mucho peor. Usando una combinación de rejuvenecimiento digital con tecnología “deepfake” y hasta un poco de inteligencia artificial (ugh), lo que ha hecho Zemeckis es, efectivamente, ser capaz de mostrarnos a estos personajes en diferentes épocas de sus vidas, comenzando con Hanks y Wright cuando tenían dieciocho años. El resultado no es completamente satisfactorio, pero tampoco es horroroso. Curiosamente, quien luce mejor es Hanks (quizás porque los artistas de posproducción tenían bastante material de referencia de sus comedias ochenteras) y quien convence menos es Wright, quien en sus escenas iniciales luce como una muñeca de porcelana que ha cobrado vida. En fin; no me pareció súper grave, y estas versiones de los personajes cuentan con tan pocos primeros planos (o sea, se acercan tan poco a la cámara inmóvil) que resulta fácil ignorar su apariencia perturbadora.

“Aquí” me sorprendió gratamente. Sí, la decisión que no mover la cámara es arriesgada y hasta se podría sentir algo gratuita; sí la tecnología de rejuvenecimiento para sus protagonistas no funciona del todo, y sí, la película en general se puede llegar a sentir bastante sentimentalona, hasta un poco manipuladora. Pero a la vez, no puedo dejar de admitir que “Aquí” me tocó; logré conectar con el material, y con todo lo que nos dice sobre la vida, la muerte, las relaciones familiares y amorosas, y más importante, el rápido paso del tiempo, y lo mucho que podemos perder si nos concentramos exclusivamente en nuestras ansiedades y preocupaciones. Independientemente de sus errores y riesgos, “Aquí” es una película que me dejó pensando por un buen rato, lo cual ya de por sí debería ser evidencia suficiente de que no es el fracaso absoluto que mucho periodistas extranjeros han estado destruyendo. Este crítico perucho, al menos, no tiene vergüenza de defenderla.

Crítica de Sebastián Zavala Kahn

Comunicador audiovisual y crítico de cine. Bachiller en Comunicación Audiovisual por la PUCP; Maestría en Artes de MetFilm School en Londres; miembro de la APRECI —Asociación de Prensa Cinematográfica—, y la OFCS – Online Film Critics Society, y crítico oficial de Rottentomatoes.com. Integra el staff de las webs de Nintendo Pe, Cinencuentro y Ventana Indiscreta. Maneja el blog de cine Proyectando Ideas desde el 2012. Cofundador de NoEsEnSerie.com y FotografíaCalato.com, y coautor del libro Videogames You Will Never Play, del colectivo Unseen64.

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