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CRÍTICA: Bailarina – Ana de Armas tomar

CRÍTICA: Bailarina – Ana de Armas tomar

Sebastian Zavala Kahn

Crítico de cine

Después de las cuatro películas de “John Wick”, supongo que tenía sentido tratar algo nuevo con la franquicia. Primero tuvimos una serie llamada “The Continental” que… bueno, digamos que no le gustó a todo el mundo. Pero ahora tenemos un spin-off llamado “Bailarina” (no pienso incluir el título completo; es ridículo) que, para mi grata sorpresa, se acerca bastante a lo que Chad Stahelski, Keanu Reeves y el resto de su equipo han hecho con los filmes protagonizados por el mítico Baba Yaga. “Bailarina” no está para nada mal, y debería apelar tanto a los fanáticos de la acción sin limites, como a los seguidores del universo de John Wick.

“Bailarina” comienza con un prólogo en el que vemos a la joven Eve (Victoria Comte) viviendo supuestamente en paz con su padre, Javier (David Castañeda). Pero una noche llegan unos hombres a su casa, atacan al tipo, y lo matan frente a la pequeña Eve. Esta última termina siendo rescatada por el buen Winston (Ian McShane), quien le promete un buen futuro con la familia putativa de Javier. Es por eso que la manda donde las Ruska Roma, lideradas por la ruda Directora (Angelica Huston). Esta última le promete a Eve que la aceptará como parte de su clan, siempre y cuando siga las reglas.

Unos años después, nos reencontramos con una Eve ahora adulta (Ana de Armas), quien se dedica a entrenar con sus compañeras de la Ruska Roma en artes marciales, armas de fuego y, por supuesto, ballet. Pero cuando John Wick (Keanu Reeves) llega a su base en una escena sacada de la tercera entrega de la franquicia, nuestra protagonista se ve inspirada a salir en su primera misión oficial. Es así que termina encontrándose con los tipos que llevan la misma marca o cicatriz que los hombres que mataron a su padre, y toma una decisión: debe ir en busca de esta gente. ¿El problema? Son un culto de asesinos liderados por el demente Canciller (el gran Gabriel Byrne), por lo que cobrar venganza no será precisamente fácil.

A nivel narrativo, “Bailarina” es bastante sencilla, pero eso era de esperarse. Las películas de Wick tampoco son conocidas por desarrollar historias súper complejas o enredadas, por lo que tiene sentido que este spin-off mantenga el mismo estilo. De hecho, al igual que las cintas de Reeves, “Bailarina” se deleita en desarrollar todo un mundo palpable y fantástico, en el que los asesinos van al hotel Continental (sí, regresa Lance Reddick como Charon en su última aparición cinematográfica; Q.E.P.D.) e intercambian monedas de oro, y los diferentes clanes y tribus del planeta consisten básicamente de criminales sofisticados y eficientes.

En este caso, tenemos al Culto del Canciller, basado en una aldea en la República Checa, donde todo el mundo y su abuelita tiene habilidades de artes marciales y carga armas de fuego. No es el concepto más original del mundo, especialmente si se le compara a lo que hemos visto en las otras películas de la franquicia, pero funciona para otorgarle a Eve un contexto en el cual desenvolverse, así como una motivación para salir a matar a cuanto extra o doble de acción se le interponga en el camino. Su historia de venganza, aunque creíble, no es lo más interesante de “Bailarina”; es más como la cereza sobre el pastel, de buen sabor pero poco memorable. De hecho, hasta me animaría a decir que el prólogo con el padre de Eve es de lo “menos bueno” que “Bailarina” tiene para ofrecer.

Felizmente, el resto del filme está a un mejor nivel. Mientras “Bailarina” va avanzando, se va deleitando más en poner a su protagonista en ridículas situaciones de violencia, regresando a las secuencias de pelea estilo Looney Tunes a las que los otros filmes nos tienen acostumbrados. En general, las trifulcas están expertamente coreografiadas, y aunque por momentos la dirección de Len Wiseman no es igual de clara y satisfactoria que la de Stahelski, en general, las peleas son suficientemente intensas, sangrientas y exageradas. Esta es una gran noticia, considerando los diversos reportes que salieron en el último año, diciendo que “Bailarina” estaba pasando por varios meses de regrabaciones luego de que el primer corte presentado por Wiseman sea calificado como “infumable”.

Lo más divertido en “Bailarina”, pues, está en la creatividad de las secuencias de acción. Tenemos de todo: encuentros con machetes, cuchillas, pistolas y hasta patines para hielo (bastante filosos). Y secuencias que obligan a la Eve de Armas a pelear con muebles, objetos pequeños punzocortantes, platos de mesa (cuando se comienza a agarrar a platazos con una mujer es simplemente hilarante) y, por qué no, granadas y hasta lanzallamas. De hecho, los “duelos de lanzallamas” son de lo mejor que el filme tiene para ofrecer, dejando en claro que la saga no se está quedando sin ideas respecto a lo que se puede hacer (visualmente y narrativamente) con la violencia entre personajes.

Como Eve, Ana de Armas está bien, desarrollándola como una mujer apropiadamente parca que se comunica mejor con el cuerpo que con las palabras. No es exactamente igual a John Wick, felizmente; a diferencia de él, prefiere pelear más con navajas o hasta katanas (¡!) que con pistolas. Agradecí, además, el que no sea presentada como una superheroína invencible, sufriendo heridas de cuando en cuando, y siendo pegada y lanzada por villanos considerablemente más grandes y fuertes que ella. Y de los secundarios, destaca el regreso tanto de Winston como de Charon, así como el Daniel Pine de Norman Reedus (un asesino arrepentido); la Lena de Catalina Sandino Moreno (la mano derecha del villano de turno), y el Canciller de Gabriel Byrne (despiadado, frío, obsesionado con mantener las reglas de su culto). Ah, y cómo olvidarnos de Reeves, quien regresa para algo más que un cameo, demostrando que no se ha olvidado de interpretar al gran Baba Yaga (parco, seco, increíblemente eficiente y habilidoso con las armas).

“Bailarina” es exactamente lo que cualquiera debería esperar de una nueva entrega de la franquicia de Wick. Es increíblemente violenta (especialmente cuando las granadas entran a tallar), logra mostrarnos un lado aunque sea ligeramente distinto del universo desarrollado por las otras cuatro películas, y está llena de escenas de pelea expertamente coreografiadas, que en general manejan un tipo de violencia estilo Looney Tunes (pero más cruento), lleno de humor negro sutil. Por momentos el filme no se siente igual de redondo o intenso que cualquiera de las cintas de Wick, pero felizmente no es algo que llegue a arruinar la experiencia en general. “Bailarina” no me decepcionó, e hizo que me de cuenta de que, sí pues, me encantaría ver más historias en este absurdo y agresivo universo. ¡Que regrese Ana de Armas con todas su armas! (Especialmente ese lanzallamas…)

Crítica de Sebastián Zavala Kahn

Comunicador audiovisual y crítico de cine. Bachiller en Comunicación Audiovisual por la PUCP; Maestría en Artes de MetFilm School en Londres; miembro de la APRECI —Asociación de Prensa Cinematográfica—, y la OFCS – Online Film Critics Society, y crítico oficial de Rottentomatoes.com. Integra el staff de las webs de Nintendo Pe, Cinencuentro y Ventana Indiscreta. Maneja el blog de cine SebaZavaReviews desde el 2012. Cofundador de NoEsEnSerie.com y FotografíaCalato.com, y coautor del libro Videogames You Will Never Play, del colectivo Unseen64.

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