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CRÍTICA: Snowflake – un thriller cínico y violento

CRÍTICA: Snowflake – un thriller cínico y violento

Sebastian Zavala Kahn

Crítico de cine

Las películas de humor meta —que rompen la cuarta pared, por ejemplo— terminan siendo o muy divertidas —algo como “Deadpool” y su secuela— o pretenciosos ejercicios de tedio y supuesto ingenio. Una película que se siente orgullosa de ser casi 100% autoconsciente, haciendo que los personajes interactúen con el guionista de su historia, se arriesga a pertenecer al segundo grupo — pero felizmente, “Snowflake” (cuyo título original es “Schneeflöckchen”), de Adolfo Kolmerer y William James, logra evitar la mayoría de errores que un filme de este tipo podría cometer. “Snowflake” logra ser completamente autoconsciente y sin llegar a contradecirse a sí misma — todo un reto, considerando la manera en que producciones inferiores han tratado de hacer cosas similares, fallando en el intento.

La película entrelaza dos historias, y eventualmente revela la manera en que están conectadas. Obviamente, el chiste de “Snowflake” está en averiguar la manera en que los eventos se llevarán a cabo —¿se llegarán a encontrar los dos grupos de personajes, o sus eventuales destinos serán resueltos a través de dos conclusiones separadas? ¿Podrá el guionista de la historia, un dentista llamado Arend (Alexander Schubert), terminarla de la manera que siempre quizo, o le hará caso a las exigencias de los asesinos Javid (Reza Brojerdi) y Tan (Erkan Acar)? ¿Y podrá la joven Eliana (Xenia Assenaza) cobrar venganza por la muerte de sus padres, por más que su leal guardaespaldas (David Masterson) todavía no sepa si ayudarla o no?

La película me hizo recordar a algo que podría haber hecho un joven Quentin Tarantino. La dirección en enérgica, el diálogo es frecuentemente ingenioso y ocasionalmente gracioso, y los personajes son, en general, bastante intrigantes. Además, el hecho de que la película se lleve a cabo en una Berlín post-rebelión también ayuda; hace que la historia se sienta un poco más arriesgada, y justifica el que la mayoría de estos personajes sean unos bastardos sedientos de sangre. Tienen que tener en cuenta, pues, que la mayoría de los actos violentos que cometen son injustificables —especialmente la manera en que Javid y Tan tratan a otras personas, por más que tengan historias de trasfondo bastante trágicas—, pero al menos tienen sentido en el contexto de una Alemania caótica y despiadada. La mayoría de los asesinatos en “Snowflake”  casi ni tienen consecuencias, porque los personajes viven en un mundo en plena crisis económica y social.

Si tuviese que mencionar al menos a un personaje con el que uno puede empatizar, pues tendría que ser Eliana. Todo lo que ella quiere es encontrar a la gente que mató a sus padres, y cobrar venganza, y aunque está dispuesta a hacer de todo para ello, al menos nunca llegar a perder toda su humanidad. No obstante, uno tienen que considerar el hecho de que no le importa contratar a un par de caníbales, o incluso a un asesino megalomaníaco —puede que esté peleando por una causa noble, pero igual comete errores. La intensa actuación de Xenia Assenaza, aunque un poco tiesa de cuando en cuando, es suficientemente sólida como para que nos importe la misión de Eliana —con todo y caníbales.

De hecho, todas las actuaciones son muy buenas, lo cual me sorprendió, ya que “Snowflake”  es una cinta de bajo presupuesto en la que el reparto y el equipo trabajó sin cobrar un solo euro. Reza Brojerdi y Erkan Acar son creíbles como Javid y Tan, respectivamente; manejan un delicado balance entre ser completamente detestables y ligeramente desesperantes, y aunque uno no llega a empatizar con ellos —después de todo, son un par de psicópatas asesinos y sedientos de sangre—, al menos su perseverancia es admirable. David Masterson interpreta a Carson como un guardaespaldas sabio y fiel —y ayuda a que Xenia Assenaza demuestre sus habilidades con el inglés—, y Alexander Schubert es ligeramente excéntrico como Arend. No lo interpreta como una mente maestra que sabe todo sobre los demás personajes — más bien, parece estar igual de perdido que ellos, y por ende, confundido debido a sus nuevos e inesperados poderes mágicos.

Nuevamente, considerando el bajo presupuesto del filme, y el hecho de que fue grabado enteramente con cámaras DSLR, “Snowflake” luce realmente bien. La dirección de fotografía es atmosférica, y el diseño de arte es preciso — a pesar de que la cinta no hace uso de cientos de extras o planos fastuosos, logra mostrar un Berlín cuasi futurista de manera eficiente, haciendo que parezca un lugar peligroso y desagradable. De hecho, es evidente que los directores Adolfo Kolmerer y William James lograron exprimir sus recursos al máximo —no llenan la película de sangre o tripas, y no insertan efectos visuales innecesarios, pero igual logran transmitir bastante violencia a través de un excelente trabajo de dirección y guión. En todo caso, “Snowflake” demuestra que uno no necesita millones de dólares o cámaras carísimas para poder desarrollar un thriller fantástico con grandes ambiciones.

No obstante, se tiene que decir que hay que ver “Snowflake”  con la mente abierta, sea uno un fanático de las películas fantásticas posapocalípticas, o no. Después de todo, se trata de una película que involucra gángsters, asesinos, un justiciero con poderes eléctricos, gente con máscaras de cerdos y gallinas, y un ángel cubierto de sangre que podría —o no— ser un verdadero sirviente de Dios. Además, está todo el concepto de “estamos viviendo un guión de cine”, el cual podría haber terminado siento bastante confuso. Afortunadamente, la película logra darle una estructura muy clara a la narrativa, explicando algunas de las paradojas más complejas a través de interacciones graciosas y enérgicas entre los personajes. Entender el concepto base de “Snowflake” no es nada difícil, para ser honesto.

“Snowflake” es una grata sorpresa: un thriller cínico y violento que logra desarrollar su ambicioso concepto de tal manera que engancha al espectador tanto emocionalmente, como intelectualmente. Sí, algunos de los protagonistas son un poco muy detestables, pero el ingenio de la historia, así como los efectos especiales sorprendentemente sólidos y las actuaciones eficientes, deberían ser suficientes como para convertir hasta al espectador más exigente en un fanático. Barata pero sin parecerlo, “Snowflake” es una mezcla entretenida y sangrienta entre el cine de Tarantino, la autoconciencia de “Deadpool”, y las historias posapocalípticas. Y aunque no lo crean, funciona bastante bien.

Esta crítica fue publicada originalmente en inglés para ScreenAnarchy.com.

Pueden ver “Snowflake” a través de la web de Amazon.

Crítica de Sebastián Zavala Kahn

Comunicador audiovisual y crítico de cine. Bachiller en Comunicación Audiovisual por la PUCP; Maestría en Artes de MetFilm School en Londres; miembro de la APRECI —Asociación de Prensa Cinematográfica—, y la OFCS – Online Film Critics Society, y crítico oficial de Rottentomatoes.com. Integra el staff de las webs de Nintendo Pe, Cinencuentro y Ventana Indiscreta. Maneja el blog de cine SebaZavaReviews desde el 2012. Cofundador de NoEsEnSerie.com y FotografíaCalato.com, y coautor del libro Videogames You Will Never Play, del colectivo Unseen64.